Éstas son preguntas que se hace un ciudadano de a pie, nacidas supongo de la ignorancia, pero que nunca he visto contestadas: ¿Por qué no está claro para todos, a estas alturas, si la Constitución permite o no permite un Estado federal, como siguen manteniendo los nacionalistas? ¿Cómo es posible que un presidente de gobierno dijese que aprobaría, fuera cual fuera, el estatuto que saliera del parlamento catalán? ¿Tiene potestad un presidente, él solo, para aprobar o rechazar un estatuto? ¿Por qué se critica al PP por haber llevado al Constitucional el Estatuto de 2006, si el Tribunal luego le dio la razón?, ¿era mejor dejar pasar algo inconstitucional? ¿Se diferencia gran cosa el estatuto valenciano, y algún otro? ¿Estarán en funcionamiento actualmente leyes anticonstitucionales, sólo porque nadie las ha impugnado? ¿Cómo es que no hay un mecanismo automático que revise la constitucionalidad de las leyes a aprobar? Y si el afán separatista catalán creció, entre otras cosas, como dice Ernest Maragall, por la pérdida de oportunidades de la periferia respecto a Madrid y su disolución en el mercado europeo, ¿por qué no lo argumentan y difunden civilizadamente hasta convencer al resto de ciudadanos (al menos a una gran mayoría, si es posible de españoles todos, no sólo catalanes) para ganar peso, en vez de ofrecer una deriva irracional del nacionalismo, una presión sectaria y unos hechos consumados?
Adolfo Palacios González, corraliego afincado en Santander, para Cartas al Director, de El Diario Montañés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario