El tiempo tiene su manera especial para tomarte desprevenido al paso de los años.
Me parece que recién ayer era joven…
Pero no, en cierta forma parece que fue hace mucho tiempo… ¿A dónde se fueron los años? Sé que los viví. Tengo visiones de cómo fueron y de todas mis esperanzas y sueños.
Pero ya está ahí el invierno de mi vida y me ha tomado de sorpresa. ¿Cómo llegué aquí tan rápido? ¿A dónde se fueron los años de mi juventud?
Recuerdo que pensaba que ese invierno estaba tan lejos que no podía imaginar cómo sería. Pero me llegó. Mis amigos están ya retirados y están volviéndose “grises”… Como yo, se mueven más lento. Algunos están en mejor forma, otros peor que yo, pero veo el cambio…
Eran jóvenes y vibrantes como yo… Ahora somos aquellas personas mayores que nunca pensamos seríamos algún día… Tomar una siesta ya no sólo es algo agradable como era… ahora es algo obligatorio, porque si no lo hago por propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado.
Así he entrado en esta nueva etapa de la vida… Sin preparación alguna para sufrir dolores y achaques… La pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer las cosas que quisiera… Pero, lo que sí sé es que este invierno se irá más rápido.
Entonces, empezará otra aventura.
Tengo arrepentimientos por haber hecho cosas que hubiese querido no haber hecho, y por no hacer cosas que debí hacer… Pero hay muchas más de las que estoy contento.
Si todavía no te ha llegado tu invierno, déjame recordarte que vendrá mucho más rápido de lo que piensas… Por lo que cualquier cosa que quieras lograr en tu vida hazla rápido… ahora… no lo pospongas por mucho tiempo. La vida se pasa pronto.
Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya estás en tu invierno o no. ¡Quién sabe si lograrás vivir todas las estaciones; así que vive hoy y di ahora las cosas que quieres que tus seres queridos recuerden!
La vida es un regalo que se nos ha dado… Haz de este viaje algo único, agradable, fantástico para ti y para tus seres queridos, para tus allegados y en general para los que te rodean.
Confieso que no soy el autor. Solo me gustó...Ojalá lo compartas con tus amigos
Confieso que no soy el autor. Solo me gustó...Ojalá lo compartas con tus amigos
2 comentarios:
Por eso me gusta la regeneración del ave fénix. O como el águila, a los cincuenta años subir al risco más elevado para arrancarse el pico entre las rocas, claro que duele, aguardar a que crezca para arrancarse las pezuñas y, renovadas, arrancarse el plumaje para emprender una nueva fase, otros cincuenta años. Sin duda que soy un romántico.
¡Hay que cuidarse!, comer sano, evitar el azúcar y el alcohol, hacer ejercicio... Hay que cuidarse desde lo antes posible.
Y si, a pesar de cuidarte, te sobreviene la decrepitud con más rapidez y con más intensidad de lo esperado, hay que saber resignarse; que también es otro arte.
El ser humano, me parece, tiende a conservar esquemas mentales de su infancia, subconscientes en su mente adulta, y esos esquemas le condicionan sus sentimientos, sus decisiones y sus omisiones; una idea preconcebida de los niños es que las cosas son para siempre; y que si van a cambiar, siempre será "para bien". Esa creencia no se basa en lo empírico; y es egocéntrica: nada nos debería hacer pensar que somos privilegiados por encima de un insecto o una planta, que surgen de la naturaleza y vuelven a ella tras un tiempo más pronto o más tarde, siempre limitado. Esa humildad y ese apoyarse en los datos de la vida real, chocan con nuestra tendencia a la ensoñación; las niñas gordas se creen top model. Como decía aquel personaje de una película: "Y en cuanto a tu niño interior, tengo un mensaje para él: ¡madura!".
Publicar un comentario