Los jóvenes no están para cambiar el mundo, nunca lo han estado; no es su naturaleza. Algunos sí que son revolucionarios, para bien o para mal, y son por eso los más llamativos; pero no son la mayoría. La mayoría de los jóvenes, lo podemos ver en los institutos, lo que siempre han querido es hacerse un lugar en el mundo, ir tirando, aportar en la medida de sus posibilidades, y si es posible mejorar un poco las cosas. Ahora, con la crisis climática, forestal y de plásticos, los jóvenes se encuentran con que los adultos, digamos, les hemos fallado. Les estamos traicionando, y encima decimos que les corresponde a ellos cambiar las cosas, hacer un mundo nuevo. Ellos, que no tienen experiencia. Si no cambiamos el mundo nosotros, los de los hippies, en su día, malamente lo van a hacer los jóvenes. Ojalá, entre todos, aún se pueda hacer algo.
Adolfo Palacios en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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