Pasado casi un año desde la última referencia al Salón Rogelio, el 25 de mayo de 1949, aparece en la prensa el nombre de Salón Buenos Aires, en el que hay una actuación del Coro Ronda Garcilaso de Educación y Descanso de Torrelavega. Además en esa misma función, actúa el caricato “Peter” y el cuarteto “Aires del Norte”. Igualmente la Fiesta de Santa Ana, ya no se anuncia su celebración al lado del Salón Rogelio, ahora se indica que será al lado del Gran Salón Buenos Aires.
¿Qué motivó el cambio de nombre? Puede ser, que esté relacionado con el recuerdo de los años pasados por el difunto Rogelio en la ciudad de Buenos Aires, que le habían permitido volver a la tierra y desarrollar un nuevo modo de vida. En todo caso, a partir de este momento, los corresponsables de prensa utilizan para referirse a dicho Salón, el nombre de Buenos Aires, en ocasiones acompañado por adjetivo “grande”, es decir, Gran Salón Buenos Aires. En ocasiones, con afirmaciones como un “magnífico Salón Buenos Aires”, “uno de los mejores de la provincia” o de “los mejores que existen”.
A partir de estas afirmaciones, y dada que su ubicación es en el mismo lugar donde estuvo el Salón Rogelio, posiblemente se haya producido una mejora de las instalaciones. En todo caso, lo que sí parece claro es que el Salón Buenos Aires mantuvo su principal actividad de épocas anteriores, es decir, siguió centrado en el baile de fin de semana, aunque ya no vemos ninguna referencia al baile de las Modistas, tan frecuente en épocas anteriores. De hecho, son constantes las informaciones relacionadas con los animados bailes que se habían llevado a cabo en el Salón Buenos Aires a lo largo de los años 50, siempre amenizado por la Orquesta Dory.
Pero algo ha cambiado. Es cierto que el baile sigue siendo la principal actividad del Salón, pero ha incorporado otras que antes no se llevaban a cabo, o que no se referenciaban en los periódicos. Así el 14 de enero de 1950, se produce una boda en el pueblo, llevándose a cabo el banquete en el Salón Buenos Aires. Un año y unos meses más tarde, se celebra una boda, en un día de diario, un lunes, y los novios, ella de Los Corrales, él de Torrelavega, junto con los invitados, se trasladan al Salón Buenos Aires donde les esperaba una espléndida comida. No es una boda pequeña, pues las crónicas hablan de más de 100 invitados, lo cual nos hace pensar en lo grande que debía ser el salón para poder acoger a un número tan elevado de comensales. Y también debemos pensar, en el número de personas necesarias para que todos salieran contentos de la comida y el servicio dado. Posteriormente tuvieron una animada fiesta. Debemos pensar que los dueños del Salón tenían experiencia en este tipo de celebraciones, pero que por una razón u otra, los corresponsales de los periódicos no la consideraban interesante para incluirla en las noticias. Hay que indicar, que estas celebraciones debían de ser frecuentes, pues había muchas personas sirviéndolas, pero sin lugar a dudas, el papel principal lo llevaban a cabo personas de la familia. Así, la persona que estaba al frente de la cocina, era Micaela Pérez, esposa de Francisco, dueño del Salón Buenos Aires. También nos encontramos con Dora y María Campuzano Marcano, hermanas de Francisco y que trabajaban compenetradas, para que todo saliera bien. Tampoco podemos olvidarnos de Vicenta, la esposa de Bienvenido González, el director de música del salón de baile. Es curioso, en todavía se conservan algunas de las copas que se utilizaban en esos eventos.
En todo caso, esto es lo que podemos extraer de la prensa sobre el Gran Salón Buenos Aires. Llevó el nombre durante unos 12 años, dedicándose básicamente a la actividad del baile, pero abriéndose camino en otras direcciones.
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