Nuestro destino fue Atenas. Nada más llegar pude comprobar que la ciudad vive del turismo propiciado por la gran riqueza cultural de sus ruinas, varias de las cuales les han sido vergonzosamente expropiadas. Como la historia los ha dejado huellas que hablan por sí solas nos animamos a visitar la Acrópolis y su museo, así como a la catedral donde casualmente se casaron nuestros reyes eméritos Juan Carlos y Sofía.
Sabedores de la gran riqueza que los proporcionan tales ruinas antiguas se han empeñado en aumentar su patrimonio cultural en base a transformar también en ruinas sus viviendas actuales, sometiendo sus casas, plazas, calles y aceras a un deterioro tal que pronto será difícil distinguir entre ruinas antiguas y modernas. La falta de pintura, limpieza y conservación son evidentes, siendo provocado por la polución, la climatología y la desidia de sus habitantes.
Probablemente debido al calado de las ideas de sus pensadores se ha alcanzado la democracia perfecta, tal como pude comprobar en los detalles que a continuación te relaciono. Existe la libertad de acción, por la cual cada uno es libre de hacer lo que estime oportuno por lo que el cinturón de seguridad del coche lo lleva puesto el que quiere. Lo mismo pasa con el casco de los motoristas que, aunque es obligatorio llevarlo, lo hace quien le apetece, sin que se tomen las medidas pertinentes para que esa obligatoriedad se lleve a efecto. Si esta relajación se produce en la capital imagínate lo que sucede en las múltiples islas desperdigadas que tienen.
Pude comprobar que es la ciudad que conozco en la que mayor número de conductores comenten estas infracciones teniendo como agravante el caótico tráfico existente que los aproxima a algunas ciudades de Marruecos, estando años luz no solamente de cualquier nación europea, incluyendo incluso a las que, como ellos, están colocadas al sur, como pudieran ser Italia, Portugal o España.
También me extrañó que todavía mantengas las cabinas telefónicas, que no son más que foco de suciedad y destino de las pintadas de los grafiteros.
Como podrás suponer por lo anteriormente descrito, el uso de las mascarillas está también sometido al libre albedrío y, sobre todo en las islas, es corriente ver que en algunos servicios públicos los ciudadanos solamente la ponen para acceder a los mismos, para luego prescindir de ella o ponerla indebidamente en la barbilla y en el cuello. Debo reconocer que esto no ocurre en el metro, donde se hace un uso correcto de las mismas.
También me llamó la atención los pocos perros existentes, con relación a España, siendo, por otra parte, infinidad de garos callejeros los que abundan en la ciudad. También me causó sorpresa la poca presencia de niños, pero este mal es endémicoen toda Europa.
Cuando voy a una ciudad siempre entro en el metro, porque me da una idea de la educación y civismo de sus habitantes. Aquí solamente tienen 3 líneas y para dar una mejor imagen ante el turismo, la línea mejor conservada es la que va al aeropuerto.
Los grafiteros han contribuido a aumentar la "riqueza cultural" de la ciudad dejando su impronta en todos los trenes, tanto en el exterior como en el interior de los mismos. Los dirigentes de la ciudad, en un acto de vanguardismo sin precedentes y en colaboración con tales "artistas" no limpian lo suficiente los vagones, para no ofender a tan importante grupo cultual, excepción hecha, como dije anteriormente, en el interior de los que van a aeropuerto.
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