María Gómez Arredondo, productora de leche de Soba, representaba ayer el hartazgo de los ganaderos de Cantabria por los bajos precios de la leche en origen, una situación "límite" que a ella, como tantos otros, le obliga a tirar de ahorros y familiares para subsistir en un marco que se acerca peligrosamente a la "bancarrota", como repetían muchos de sus compañeros de viaje. Fue una de las cerca de 300 personas que secundaron la concentración convocada por las organizaciones agrarias de Cantabria UGAM-COAG, ASAJA, UPA y AIGAS frente a la planta de Andros La Serna, en Arenas de Iguña, reivindicando la rentabilidad de las explotaciones de producción de leche.
Según la organización, 110 tractores cercaron la planta de La Serna durante una mañana en la que se multiplicaron las frases de apoyo a un sector esencial que ha pasado "de héroes en el confinamiento a villanos a la hora de pedir un precio justo para nuestra leche", decían. Sobre la una del mediodía pudieron reunirse con la dirección de la planta para seguir avanzando, aunque muy lentamente, en un acuerdo entre todas las partes. Los organizadores reconocen que hay signos positivos, pero "modestos", "insuficientes" a la hora de ajustar los precios para poder mantener el sector lácteo en España. Lo cierto es que de esa reunión con la dirección de Andros se extrajo otra consecuencia no menos preocupante. Todo apunta a que mientras la distribución sube muy ligeramente el precio de la leche baja el de los yogures, lo que perjudica a la planta de La Serna de Iguña.
Según la organización, 110 tractores cercaron la planta de La Serna durante una mañana en la que se multiplicaron las frases de apoyo a un sector esencial que ha pasado "de héroes en el confinamiento a villanos a la hora de pedir un precio justo para nuestra leche", decían. Sobre la una del mediodía pudieron reunirse con la dirección de la planta para seguir avanzando, aunque muy lentamente, en un acuerdo entre todas las partes. Los organizadores reconocen que hay signos positivos, pero "modestos", "insuficientes" a la hora de ajustar los precios para poder mantener el sector lácteo en España. Lo cierto es que de esa reunión con la dirección de Andros se extrajo otra consecuencia no menos preocupante. Todo apunta a que mientras la distribución sube muy ligeramente el precio de la leche baja el de los yogures, lo que perjudica a la planta de La Serna de Iguña.
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