Una institución importante que se fue consolidando en el pueblo, fue la de los Antiguos Alumnos de La Salle. Estos eran alumnos, que habiendo estudiado en las escuelas elementales y en Aprendices, habían seguido manteniendo una estrecha vinculación con el centro. Quién no recuerda la insignia que se nos daba cuando terminábamos en La Salle, o aquellas reuniones que periódicamente manteníamos recordando los años que pasamos entre aquellas paredes, que nos sirvieron para encontrar nuestro trabajo, nuestro modo de vida. Pero, la Sociedad de Antiguos Alumnos era algo más. Se implicaban en el funcionamiento del centro y en dar conocimiento de lo allí aprendido y transmitir las pautas de convivencia. Es cierto, que les unía el tiempo que allí pasaron, los deportes que practicaron o del que disfrutaron, pero además trataron de divulgar la cultura través del teatro, del cine, de la música o de las conferencias.
Fruto de todo lo anterior, va a ser el establecimiento de la Semana Cultural, cuya primera manifestación se llevó a cabo en el año 1963. Aprovechando la existencia del Salón de Aprendices, que habitualmente servía los domingos de sala de cine, los Antiguos Alumnos, tomaron la decisión de realizar todos los años una semana o algún día para la difusión de la cultura a través de conferencias, de cineforum o de teatro. Era una semana, cuya asistencia era gratuita, pues el objetivo no era recaudar dinero, sino divulgar la cultura; estaba destinada no sólo a los antiguos alumnos o a los padres de los alumnos, sino que cualquier vecino del pueblo o del municipio podía asistir. La única condición que se ponía es que fueran personas adultas.
La dirección de los Antiguos Alumnos, se encargaba de organizar las conferencias, con temas propios de la vida de los jóvenes y la relación con los padres, o temas relacionados con la ciencia en general. Pero en la Semana Cultural no podían faltar, las obras de teatro unas veces leído y otras escenificadas ni las proyecciones de películas que sirviesen de ejemplo, para hacer frente a problemas que podían encontrar en la vida. No se trataba de ver películas, sino de plantear problemas que por medio del coloquio se pudiesen encontrar soluciones.
Las personas que impartían las conferencias o que dirigían el cineforum, siempre eran Padres Dominicos del Santuario de las Caldas del Besaya, o Hermanos de La Salle, por ejemplo, la presentación de las películas y el posterior coloquio que se originaba, siempre estaba dirigido por el Hermano Director del Colegio de La Salle. Cuando se trataba de temas relacionados con las ciencias se buscaban personas de prestigio en dicha materia y, a ser posible, que hubiesen sido antiguos alumnos de los colegios de La Salle.
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