Fue quizás el primero y el que menos estuvo ejerciendo como taxista. Sacó el carnet de conducir, adquirió la licencia para trabajar como taxista y, con el habitual Seat de matrícula M-137291, desempañaba su trabajo taxista en los momentos que estaba libre en la fábrica. Cuenta que no era mucho el trabajo que tenía, de hecho, me comenta que su mayor trabajo lo realizaba los fines de semana, que era contratado por algunos de los ingenieros de la fábrica, que tenían una segunda residencia en Santander, se desplazaban allí los fines de semana. El viernes los llevaba y el domingo por la tarde iba a buscarlos. En otras ocasiones, le llamaban la familia de los ingenieros para ir a Torrelavega o Santander a realizar compras. No estuvo mucho tiempo con el taxi, decidió abandonar y así que puso a la venta su licencia. Cosas de la vida, fue Román Quevedo, vecino del barrio, quien accedió a la compra.
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