Benjamín Salas, conocido por todos como “Minuco”, tuvo como iniciativa crear en el bajo de su casa, una pequeña “fábrica” en la que se elaboraban refrescos de naranja, limón y cola. Estos refrescos, se introducían en botellines y sifones. Ambos llevaban el logotipo de “Gaseosas Salas. Los Corrales”. Por suerte, la familia todavía conserva un sifón de los que Minuco utilizaba en su negocio, un vestigio de la historia de nuestro barrio. Pero bueno, volvamos al negocio de Minuco. Además de elaborar estos refrescos propios, también distribuía los refrescos de otras empresas como La Casera, Coca-Cola, Fanta, Kas y otras más. El reparto, se hacía por los bares y cafeterías de los pueblos de Coo, Las Caldas, Barros, San Mateo, Los Corrales y Somahoz, llegando también a otros Ayuntamientos de la zona como San Felices. El reparto lo hacía un repartidor, que con una furgoneta se desplazaba a entregar los pedidos que se tenían.
En un determinado momento, Minuco decidió poner fin a su negocio de refrescos, traspasándoselo a Manso, que lo trasladó a Las Caldas, donde permaneció durante mucho tiempo.
Pero Minuco, no renunció a sus deseos de distraerse y obtener un dinero para la casa. Así que dejó los refrescos y se dedicó a la venta de huevos. De hecho, en la zona donde anteriormente había tenido la “fábrica” de refrescos, puso una serie de jaulas de gallinas, dedicadas a obtener huevos. Estos, normalmente, los vendía a particulares que se acercaban a comprar huevos para la semana. No eran para los comercios, aunque si, para las tiendas de Cobo y Jara, que como sabemos, estaban situadas a la entrada del barrio, cuando los necesitaban los llevaban para vender.
Todo tiene su fin. Minuco abandonó sus inquietudes empresariales, cerró la venta de huevos y se dedicó a disfrutar de su huerta, donde obtenía buenas cosechas para la familia.
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