Dar un buen paseo en bicicleta acompañado por los más pequeños de la casa es un gran plan para el tiempo de ocio. Estar en contacto con el medio ambiente, sentir la sensación de libertad y descubrir pueblos, ciudades e incluso montañas es posible en Cantabria pese a que la complicada orografía del terreno. A continuación te muestro dos rutas que pasan por nuestro valle y que son fáciles para disfrutar de la familia y el deporte.
Carril bici Barros-Suances
Se trata de uno de los carriles bicis más transitados de la región. Veinte kilómetros de recorrido que se hacen muy llevaderos porque son en descenso, aunque poco pronunciado.
Es una buena forma de que los niños conozcan el río Besaya, que hace de vertebrador de la comarca de Los Corrales de Buelna. Encontrar la salida es muy fácil. Parte del polígono industrial de Barros, donde no hay problemas de aparcamiento para dejar los coches, y se dirige hacia Riocorvo atravesando Las Caldas, localidad conocida por sus beneficiosas aguas termales. Pero esta senda ciclable está llena de atractivos, ya que permite disfrutar de los municipios por los que transcurre. Cartes, el Parque de la Viesca, la iglesia de Torres, Ganzo, el barrio de Riaño en Dualez, Viveda, el barrio San Martín de Hinojedo, el muelle de los Cantos son otros de los puntos de interés. La bonita desembocadura de la ría de San Martín es una de las postales más bonitas del recorrido. Una vez en Suances, se puede dar por finalizado el recorrido o, si las fuerzas de los más pequeños acompañan, hacer el camino de vuelta, algo más duro puesto que ahora las cuestas hay que subirlas.
Ruta por el Monte Tejas
Los más aventureros quizás se habrán quedado con ganas de emociones más fuertes. Desde pequeños muchos niños tienen bicicletas de montaña por lo que pueden acompañar a sus padres en alguna salida. El problema es que la orografía cántabra apenas concede descansos y recorridos planos. La ruta propuesta para iniciarse discurre por el monte Tejas, en San Felices de Buelna, una buena opción para comenzar con las ruedas 'gordas'.
Además, si los 'peques' se cansan en las cuestas se pueden sentar y disfrutar del impresionante bosque de robles y hayas. Hay que tener en cuenta que tanto el nivel físico como técnico es más elevado que en las anteriores rutas, por lo que habrá que tener en cuenta la edad de los niños antes de decidirse a ir. La salida está en la localidad de Tarriba, muy cerca de las cuevas prehistóricas de Hornos de la Peña, por las que discurre el camino. El trayecto, que es circular y termina de nuevo en Tarriba, corresponde al PR S47. Así que para no perderse en los distintos cruces lo mejor es seguir las indicaciones de este sendero de pequeño recorrido que está balizado.
Fuente: El Diario Montañés
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