Treinta de mayo es y, recoleto,
en este bosque, cuando el sol declina,
sentado al borde de frondosa encina,
escribiendo estoy este soneto.
Hasta ti llegará, pulcro, completo,
y en el verás brillar, dulce Marina,
tu nombre, como gema diamantina,
engarzado en el haz de este cuarteto.
Tú fuiste el numen
que inspiró mi mente
para arrancar de
mi alma tu poema
y mi amor paternal
hizo el milagro …
Déjame, pues, que
adorne ya tu frente
con la radiante y
limpia diadema
de este soneto que
a tu amor consagro.
Augusto
San Juan Escandón (Programa de Fiestas San Juan 1973) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario