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El Colegio de Psicólogos organizó el sábado una interesante jornada sobre educación, en el Ateneo. Una ponente mencionó el hándicap, que ella ve en España, de que aquí no tengamos una idea de país. Sin duda, si repasamos las sociedades donde sí se obtienen buenos resultados, serán sitios donde está vigente "una idea de país", generalizada y de cierta solidez, aunque sea informal. Y es que eso difícilmente se puede promover desde arriba; si en una nación rige una idea de país, será porque su propia historia, digamos de modo espontáneo ha hecho que el pueblo, y con ello los políticos, la tengan. Eso no significa que no se pudiera promover desde arriba si los partidos se pusieran de acuerdo, a veces hay maneras de echar a rodar las cosas. Sólo que el arraigo de una idea de país también depende de lo que podríamos llamar factores de suerte: habría que ver si Shangái, Finlandia o Singapur serían lo que son, en términos de cohesión y pujanza hacia el futuro, si tuvieran un pasado inmediato como el de España, con baja afición lectora, impuntualidad, basura en las calles, tolerancia a la corrupción, escaso afán científico... Pero todo es intentarlo. Por cierto que el concepto de una idea de país no despertó buena vibración entre los asistentes que han conocido de cerca el nacionalismo catalán; pero eso no me extraña. Y es que no estaríamos hablando de lo mismo.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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