La Sociedad Casino Buelna residió en este edificio durante 50 años. Concretamente se
fundó en el 20 de marzo de 1920 y permaneció allí hasta el 18 de diciembre de 1971, cuando
se trasladó a la sede actual, que ya hemos visto anteriormente.
La fundación de este Sociedad fue por expreso deseo de D. José María Quijano que, de
alguna manera, trataba de compensar lo mal que lo habían pasado los empleados de la fábrica
durante la huelga de 1919. Los empleados no habían secundado la huelga y habían sido
aislados por los vecinos, que no vieron con buenos ojos la actuación de los mismos. Por tanto,
el Sr. Quijano decidió dotarles de un espacio donde pudieran reunirse sin ser mal vistos.
Pero ¿qué pasó durante la huelga del 1919? Posiblemente nos alejemos de nuestro
objetivo, pero creo que una pequeña referencia a esta huelga, los motivos y las consecuencias,
nos permitirán acercarnos a la situación de los dos principales sectores de la fábrica: los
obreros y los empleados. Estalla una huelga por el boicot y el asalto a la cooperativa por parte
de algunos obreros, la dirección de la fábrica actúa y los despide; los obreros inician una serie
de movilizaciones y envían varias peticiones para mejorar la condiciones salariales y horarias;
la respuesta de la dirección es despedir a los obreros que secunden la huelga y no asistan a
sus puestos de trabajo. Todo se rompe. 600 hombres y 200 mujeres van a la huelga, la
situación se va complicando, las familias tienen que enviar a sus hijos fuera del pueblo por que
el hambre está haciendo mella en ellos; la guardia civil comienza a intervenir, por otro lado, las
armas entre los sindicalistas de ambos bandos salen a la luz. Al final todo se resuelve, pero las
tensiones están ahí, unos obreros han sido despedidos, otros parece ser que son alejados del
pueblo. Si alguien quiere profundizar en este tema, consulten la Revista Historia Internacional.
Año 1976, nº 14, allí encontraréis un artículo de Castillo, J.J., que os dará una visión más clara.
En todo caso, lo que sí es claro, es que la empresa estaba interesada en la
consolidación del Casino de Buelna y la participación de una parte de los obreros, los más
cualificados. Para ello no duda en aportar un apoyo económico para garantizar el
funcionamiento del Casino; por otro lado, va a aportar el local donde se fija la sede, que en
primer lugar estará situado en el local del economato, al que pertenecían la mayoría de los
asociados y que más tarde se traslada a donde todos lo conocimos.
¿Cómo era el Casino por dentro? La verdad es que no estuve en el interior del Casino
más de una o dos veces, por tanto mi conocimiento es muy escaso. En todo caso, creo que el
edificio no ha tenido nunca una reforma importante, pero he tenido la suerte de que
compañeros como José Salas me dieran información de él y sobre todo la enorme colaboración
de Yoli Santos que me ha elaborado unos planos extraordinarios, de cómo era la sede en el
interior. Vamos a ello:
Planta baja: entramos por la puerta situada al lado de la izquierda, hacia una pequeña
sala, a cuya derecha, nos encontramos otra puerta que nos permite el acceso al interior de la
sala principal. Si andamos situándonos en el centro de la planta, tenemos a la izquierda las tres
ventanas que nos permiten la visión de la calle y de la vía del tren. Al fondo de la sala, nos
encontramos con el escenario donde se llevaban a cabo las proyecciones de cine, las
actuaciones de teatro o musicales. Pegando al escenario a la derecha, existía un pequeño
espacio que se utilizaba como trastero. En todo el lateral de la derecha había una sala de
reuniones y la oficina de la Dirección a las que se accedía mediante una escalera. A
continuación teníamos la barra y las estanterías del bar. Continuando hacia la derecha
accedíamos a un nuevo espacio, que nos llevaba a los servicios, a una sala, que durante la
época de la Falange será la Oficina de la Juventud. En esta zona había una nueva barra, su
finalidad era atender a las personas que, no siendo socios y que no podían entrar al recinto,
podían tomar un vino, un café. Igualmente en esta zona estaba la cocina. Lógicamente en el
lado contrario a la barra nos encontramos con puerta de entrada y salida de aquellos que no
siendo socios se beneficiaban del bar.
Primera Planta. Para subir a esta planta había una escalera que se situaba en la sala del
bar de acceso al público en general. Se accedía a una zona de palco, en determinadas
ocasiones se convertían en lugar de juego a las cartas o de visión de los bailes o actuaciones
que se celebraban en el escenario. A la derecha, nada más subir hay una sala en la que se
encontraba una oficina y la librería. En la pared que da al Sur, se conservan dos ventanas y una
puerta que permitía otear las vías del tren, la estación del mismo y que daba salida a un balcón
desde donde se podían ver las vías, la estación del tren y, sobre todo la impresionante Casa
Pilatti.
Segunda Planta. Siempre creí que el este edificio solo tenía las plantas que hemos
indicado hasta ahora, pero lo cierto es que había, de hecho sigue habiendo, una segunda
planta, que tuvo poca actividad en el tiempo que actuó como sede, bien del Casino o de la
Falange. El acceso se hacía a través de una escalera que nos permitía llegar a un cuarto de la
Sección Femenina, a tres habitaciones, una cocina y aseo de lo más básico. En cualquier caso,
esta zona en su momento tuvo una especial importancia.
¿Cuál era el objetivo del Casino? Fundamentalmente, fomentar lazos de unión entre
los trabajadores de la fábrica, al mismo tiempo que se buscaba establecerlos entre las familias,
así como dotarlos de un espacio donde se puedan olvidar su trabajo y las tensiones que se
generan en él. Al mismo tiempo, facilitar el acceso a las nuevas fuentes de progreso. En el
Casino en el año 1929, a principio de enero, se instaló un teléfono, que supuso una gran
innovación en el pueblo y permitió a los socios tener algo a lo que no tenían acceso otros
vecinos. La inauguración contó “con la asistencia de un alto empleado de la Telefónica, y de las
autoridades locales. Se cursaron telegramas al Rey, al General Primo de Rivera y a las primeras
autoridades provinciales, celebrándose conferencias con gran nitidez, con Madrid y Barcelona”
(Felipe Lucio “Capelli”.- Historia y anécdotas de mi Valle.) No podemos olvidar que en este
periodo, aunque el país era una Monarquía al frente de la cual se encontraba el rey Alfonso
XIII, éste había delegado su poder en manos del General Primo de Rivera, que desempeñó una
Dictadura en el Estado. De aquí la referencia a estos dos personajes de la vida política
española. También indicar que, en esos momentos, estaba al frente del Ayuntamiento, el
Alcalde D. José María Macho Pérez.
Al mismo tiempo, la Sociedad Casino de Buelna, tiene como objetivo tratar de darles a
sus asociados una mayor proyección cultural e intentar que tengan una mayor presencia en el
pueblo. De hecho, como ya señalamos en el Capítulo I, la Sociedad Casino Buelna, durante
muchos años estuvo al frente de la organización de las fiestas de San Juan, fiestas de gran
arraigo en el pueblo y que durante muchos años se celebraron en La Rasilla. Sabemos que
intentó trasladarlas a la zona donde se ubicaba la antigua Casa Capitular, pero la Corporación
Municipal no lo aceptó. ¿Cuál fue el motivo del deseo del traslado y cuál es el motivo de la
negación a dicho traslado? Lo desconocemos. Pero podemos imaginarnos la influencia que
comenzó a tener el Casino, al ser quien tiene las riendas de la elaboración del programa de las
fiestas principales del pueblo.
También en el Casino se llevaban a cabo, con cierta frecuencia, veladas teatrales, que
permitía a los socios y sus familias adentrarse en el mundo de las letras. Parece ser, que llegó a
existir un pequeño grupo de socios que solían ensayar determinadas obras teatrales que
posteriormente representaban en el salón. Junto al teatro, también se fue introduciendo el
cine en las actividades del Casino. No sabemos que máquina poseían para ello, si era del
Casino o se alquilaba, pero lo que sí parece cierto, es que se proyectaron las películas más
importantes de la época. Aunque también es cierto que era habitual el proyectar películas
cómicas.
Y en ese camino de acercar la cultura a los socios y familiares, eran frecuentes las
conferencias culturales y científicas llevadas a cabo en el salón de la sede. Y como no, también
era habitual que en días señalados se produjeran fiestas acompañadas de música y baile.
Todo esto es cierto, pero no nos podemos olvidar que el Casino era un centro de
reunión de pasar mañanas y tardes, con la lectura del periódico o echando unas partida a las
cartas o al dominó, y esto significa la existencia de un bar, que atendiera las necesidades de un
vino, un café o una copa de distintos licores típicos de la época, el coñac, el anís, etc. La
gerencia del Casino, sacaba a concurso la explotación del bar, procurando se cumpliera lo
acordado.
Lo cierto es, que las personas que desempeñaron tal cargo, debieron ser muy
cumplidores con lo firmado y los socios debieron estar muy contentos con su trabajo. De
hecho, los socios de la época hablan de tres personas que gozaron de un gran prestigio en el
desempeño de sus funciones.
Por un lado, nos encontramos con Miguel y su esposa Rosa, que durante varios años,
dicen que cerca de unos 25, estuvieron al frente del bar. Es curioso que, en una foto que se
conserva del Casino, aparecen ambos en unión de un “mozalbete”, que muchos hemos
conocido y visto detrás de un mostrador en las fiestas del pueblo. Nos referimos a “Faito”,
nombre con el que muchos le conocen. Pero los años pasan y Miguel y Rosa se jubilan y viven
en Somahoz y pasan a estar bajo el cuidado de Joaquina, que por cuestiones del destino se va
a casar con “Faito”. Cosas de la vida.
Más adelante el bar fue regentado por Félix y su esposa Balbina, dos buenas personas,
que antes de desempeñar su oficio en el Casino, lo habían hecho en un bar en la zona de la
gasolinera de Julia, y cuando dejó el Casino, se desplazó a Barros donde volvió a ejercer su
oficio en lo que actualmente conocemos como Casa Paulino. Parece ser que estuvo en el
Casino unos 16 años.
Por último, tenemos a Laureano Rubín, que estuvo tras el mostrador durante 11 años,
es decir, cuando el Casino se trasladó a la actual sede. Posteriormente, Laureano debió de
abandonar el estar detrás de los mostradores y pasó a dedicarse a la distribución de
comestibles con un camión.
En cualquier caso, se podría profundizar más en el papel que jugó el Casino en este
período al que nos estamos refiriendo, pero no es el objetivo. Por otro lado no debemos
olvidar que una parte importante de sus actas fueron destruidas durante la guerra civil, de
hecho todas las actas que van desde el año de 1926 hasta 1937 desaparecieron. Cosas
habituales en las guerras.
En definitiva, ésta fue la sede del Casino desde su fundación hasta el momento el que
logró el traslado al edificio que actualmente conocemos.
¿Qué sucedió con el edificio desde que se traslada la sede del Casino de Buelna a su
sede actual en diciembre de 1971, hasta que es adquirido por Falange en abril de 1980? Es
decir, ¿qué ocupación tuvo el edificio en esos nueve años? Investigando en la prensa de ese
período, nos encontramos que en el diario ALERTA del día 10 de junio de 1973, un año y medio
después de ser abandonado, se informa que esos momento se produjo el traslado al mismo de
las oficinas de la Casa Sindical de manera provisional y dado que dicho edificio presentaba
bastantes deficiencias, era necesario proceder a una reforma. En noviembre del mismo año, se
publica nuevamente en el ALERTA la noticia de que se ha aprobado la obra de reforma y
ampliación del edificio de la Casa Sindical por importe de 714.617 pesetas.
¿Hasta cuándo permanecieron las oficinas de la Casa Sindical en la antigua sede del
Casino? Parece ser, según se lee en la prensa el 27 de Julio de 1974, que habiéndose producido
el acabado de las reformas de la Casa Sindical y por tanto todas las oficinas se trasladan
nuevamente a la Pontanilla, donde siempre habían estado.
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