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16 diciembre 2019

TEJIDOS VICENTE

Al terminar la línea de casas y comercios, nos encontramos con una casa que, cuando menos, llama la atención. Es una casa con una puerta compacta, y en la parte superior un buen mirador de cristales y ambos lados dos grandes ventanales. En la parte de arriba se observan tres ventanales de cristales y protegidas por varias barras de hierro, tratando de evitar, posibles entradas de personas no deseadas.
En cualquier caso lo que más nos llama la atención, es el comercio que hay en el lateral de la derecha, según miramos desde la zona donde estuvo fotos Puertas. Hasta ahora todos los comercios que hay en esta zona guardan la misma estética: comercio abajo, vivienda arriba; por otro lado, todo la vivienda presenta un balcón corrido en toda la fachada y, por otro lado, la zona de los comercios, se ve que su realización es uniforme, muy poco variada, todos los escaparates son lisos, y la unión de las cristaleras en ángulos de 90º.
En cambio, si nos fijamos en el comercio de Tejidos Vicente, las cosas cambian. El nombre del comercio presenta un estilo diferente a la que aparecen en la zona, e incluso en el resto del pueblo. Por otro lado, el rótulo del comercio presenta también la novedad de que se puede iluminar, lo cual lo hace más atractivos para los posibles compradores. Igualmente, si nos fijamos en los escaparates, difieren de los que vemos en todo el trayecto. Como hemos dicho, anteriormente el resto de los escaparates eran rectos, aquí en cambio vemos dos zonas curvas, que rompen la monotonía. Igualmente nos encontramos, con que el cliente no pasa directamente desde la calle a la tienda, aquí se aprecia un pequeño pasillo que da acceso a la misma.
Todo es algo original, que rompe con la monotonía de la calle, posiblemente motivada por que el tipo de comercio difiere de los que existen en la zona, que tiene una fuerte competencia con la “Coperativa”, y también que Vicente tiene una visión diferente de los negocios con su experiencia adquirida en Madrid.
Este es el comercio denominado Tejidos Vicente. Dicho comercio fue puesto en funcionamiento por el Vicente Fernández, entre la segunda mitad de 1950 y primera mitad de 1951, cuando después de estar en Madrid trabajando decidió volver al valle para instalarse por su cuenta.
Para iniciar su andadura como autónomo, nada mejor que establecer su comercio en la zona de mayor tránsito en este momento. Así, que decidió encontrar un local en ese lugar, se decantó por alquilar a Mª Luisa, viuda de Marcelino Díaz, el bajo de la casa donde vivía en la Avenida José María Quijano.
Entre los trámites que había que hacer para establecer un comercio, así como las obras necesarias para poner el local en condiciones para dedicarlos a comercio de telas, la apertura del negocio se pospuso hasta 1952. El negocio era una tienda al por menor de telas con el nombre de “Tejidos Vicente”; con el paso del tiempo, y ante la aparición de la confección, se fue adaptando a ambas líneas: tejidos y confección.
Vicente se casó con Encarnación, vecina de Los Corrales, y a partir de este momento contrató a una dependienta, Mariuca, que era familia suya, y que le ayudaba en el negocio. Permaneció trabajando en la tienda hasta que se casó. Entonces entró en la tienda para sustituirla Angelines, que con el tiempo fue sustituida por el hijo varón del Vicente y Encarnación.
El matrimonio tuvo tres hijos, que siguieron caminos distintos. El varón, Serafín, siguió los pasos de su padre, aunque se alejó de la Avenida de José María Quijano, y se desplazó al centro del pueblo dando apertura de la tienda “Sefer”, que con ayuda de su esposa Mª del Carmen, la convirtió en una referencia en ámbito de los tejidos. La otra hija la mayor, Aurora, se desplazó a vivir Santander. Y la más pequeña, Ana, es con la que he tenido más contacto. De hecho en el año 1974, cuatro jóvenes del pueblo nos encaminamos a estudiar a Salamanca, creo recordar que fuimos los primeros de Los Corrales. Ana y yo estudiamos Geografía e Historia, terminamos la carrera en los cinco años correspondiente y después nos fuimos alejando. Ana comenzó a trabajar en la Diputación, yo me dediqué a la investigación y luego a la docencia. Los otros dos siguieron pasos diferentes, uno está trabajando en por la zona de Cataluña y el otro se convirtió en una verdadera institución en la Facultad donde estudiaba, de hecho terminó la carrera con tranquilidad, dedicando varios años, pero hay que tener en cuenta que en aquella época Salamanca era para nosotros como el “Paraíso”, y además fue el que más rápido encontró trabajo.
Como siempre, Salamanca está como referente en mis recuerdos. Volvamos a lo que estamos. La actividad del negocio era buena, hay que tener en cuenta que en aquella época la calle, era sin duda la más importante y comercial del valle, que se nutría de los obreros y sus familias que al reclamo de la “Coperativa” se desplazaban no solo del pueblo, sino de los valles aledaños, dándole a esta Avenida una gran concurrencia.
El comercio se mantiene abierto, nunca cierra, Vicente no se jubila, sigue trabajando hasta que la muerte le alcanza en el año de 1995, se cumplió uno de sus deseos de toda la vida: “moriré en el mostrador”. No sé jubiló, siguió al frente de su negocio. En todo caso Vicente había cumplido sus objetivos: una familia conocida y querida en el pueblo, unos hijos que cada uno siguió el camino que quisieron y, sobre todo, que su oficio fue seguido por su hijo Serafín y su nuera María del Carmen. Objetivo cumplido.
Después de la muerte de Vicente, el comercio ha permanecido cerrado, máxime teniendo en cuenta que su hijo trasladó su negocio al centro del pueblo, donde ha permanecido hasta su jubilación, y por otro lado, la creación del subterráneo para librar la vía del tren, acabó con todas las posibilidades. En cualquier caso, ahora el antiguo comercio mantiene de manera muy clara el rotulo de Tejidos Vicente, que nos deja constancia de su pasado. También es cierto que hoy se ha convertido en el almacén de Construcciones Alejandro.

1 comentario:

Palacios dijo...

Pero ¿cómo es posible saber tanto de esa calle?

A propósito, creo recordar que el otro día leí, de pasada, algo de "Muñoz" en uno de estos reportajes, pero no he leído aún nada sobre la tienda de Muñoz, ¿será que borré el mensaje sin darme cuenta, o es que aún no se ha publicado el artículo correspondiente?