Está bien conocer y apreciar otras culturas, pero antes deberíamos hacer aquí la cultura que tendríamos que tener. En mis años de docente (ahora ya jubilado), me he sentido más identificado con el respeto de algún alumno moldavo, o con la disciplina de algún chino, o con la solidaridad de algún africano, o con la musicalidad de algún cubano, que con la supuesta comprensión de muchos nacionales, que no alcanzan a reflejar los hábitos y actitudes que yo creía que España tendría ya para estas alturas. Culturas "extrañas" sí que son, para mí, no las de otra procedencia, sino las que he tenido que soportar con muchos niños españoles que me han dado problemas y que son ajenos a los valores del sistema educativo. Aquí sí que me he sentido misionero, y predicando en desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario