Hace poco se preguntaba una estudiante, en esta sección de cartas, por qué no se puede mascar chicle en clase. Si tuviéramos la garantía de que todos los alumnos iban a estar con buena actitud y concentración, no habría problema. No lo hay en que beban de un botellín de agua de vez en cuando. Pero tales virtudes escasean, los alumnos carecen de buenas referencias. Permitir que los que saben estar, masquen chicle, sólo ellos, no sería una solución: los demás lo verían y no iban a mejorar por ello. Como no pueden hacerlo sólo unos cuantos, pues entonces ninguno. El chicle, como el tabaco, el café u otro hábito, nos resta atención a las cosas que son más importantes. Y si no es así, al menos lo parece. Y es que el buen estudiante cuida de dar al profesor una imagen que le transmita tranquilidad, la seguridad de que va a estar siguiéndole, pues es consciente de que dar clase es difícil. Aparte de eso, no mascar chicle es más sano que mascarlo.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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