Ha querido insistir Unai Sordo (CCOO) en que, sin olvidar el sol y playa, nos potenciemos como destino cultural. Tiene razón y ojalá se la haga caso, pero me temo que llegamos tarde: después de décadas y décadas de abandono de monumentos, deterioro inmisericorde del paisaje, corrupción desmandada y falta de gusto, tenemos la gallina suficientemente matada como para que ese "turismo de calidad" (o sea, el que deja dinero y apenas mancha) no se interese demasiado por nuestras bellezas histórico-artísticas. Precisamente esos turistas, que por ser cultos vendrían de donde ya sabemos, y serían gente viajada, si lo que quieren es recreación visual e intelectual lo encontrarán antes en sus países más cercanos. Pues a estas alturas España es bonita, como decía Hermano Lobo, dentro de lo que cabe, o sea, sobre todo para quien no haya salido mucho de por aquí. A ver si a los chinos podemos engañarlos como a ídem, ahí está la esperanza. Y que estemos a la altura.
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