Los humanos debemos prepararnos con inteligencia para quedarnos solos en la vejez. Una soledad valiente, sin miedos ni temores a nada, ni a nadie: sin nostalgias, ni reclamos a familiares a nuestro lado. Nada de lloros, nada de odios, nada de tristeza. Prepárate fuerte para esa soledad y habrás vencido a la vida, al destino y a la eternidad. (Anónimo)
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