• Calle Brunete
El 6 de julio de 1937, se inició una de las batallas más duras de la Guerra Civil, con la particularidad de que no se puede considerar una batalla en la hubiese vencedores ni vencidos. Aunque hubo muchos muertos, heridos y desaparecidos. Es la batalla de Brunete, población situada en la provincia de Madrid.
La batalla fue iniciada por los republicanos. El objetivo de la ofensiva iniciada, no era tanto el romper el asedio que venía sufriendo la capital, casi desde el inicio de la guerra, como el hecho de frenar el avance de los sublevados sobre el frente del Norte. Se trataba de evitar la caída de Santander y Asturias, ya que con la zona vasca, en manos de los sublevados, eran los focos industriales más importantes del país.
En todo caso, parece que el general Franco, no eludió el conflicto directo y desvió las tropas que se dirigían a la toma de Santander, hacia la zona de Brunete.
Al frente del ejército republicano, estaba el general Vicente Rojo, nombrado por el Presidente Negrín, jefe del Estado Mayor Central. Las fuerzas en combate están a favor de las tropas republicanas, casi unos 30.000 hombres, lo que unido a la tardanza de la incorporación de las tropas nacionales del Norte, hiciera que durante los primeros días, los republicanos fueron de victoria en victoria. De hecho, Brunete cayó rápidamente en sus manos, pero después todo se frenó. El objetivo del General Vicente Rojo no era adueñarse de los pueblos, sino dejar aisladas a las tropas nacionales, lo que produciría una debilidad de las mismas.
La realidad fue muy distinta a las victorias iniciales. Debemos tener en cuenta, que la batalla de Brunete fue la primera gran ofensiva del ejército republicano desde el inicio de la guerra; por otro lado, el general Miajas que había estado al frente de la resistencia de Madrid, había demostrado que era un gran estratega defensivo, pero en Brunete demostró que no era un estratega ofensivo, no debió estar al mando de la ofensiva; por otro lado, la capacidad militar de las fuerzas republicanas no eran comparables a las nacionales. Las tropas republicanas, eran en muchas ocasiones personas sin preparación militar, muchos eran campesino, obreros con ideas republicanas, socialistas o comunistas; en cambio las tropas del ejército nacional estaba integrado por militares, con experiencia de combate en el protectorado español de Marruecos y, por otro lado las fuerzas requetés y falangistas estaban más preparadas militarmente.
El resultado de la batalla, fue que el 25 de Julio, las tropas de Franco habían recuperado la zona. La situación de Madrid no cambió para nada, el cerco de las tropas republicanas sobre las tropas nacionales, no se llevó a cabo y por último, el freno de las tropas nacionales en el frente del Norte apenas sufrió una demora de un mes, no podemos olvidar, que el día 23 de agosto de 1937, entraron las tropas del general Franco en nuestro pueblo.
En recuerdo de esta batalla, que no aportó nada, salvo muertos, para ambos bandos, la Corporación municipal decidió ponerle su nombre a una calle de nuestro pueblo.
• Calle Ángel Sanz-Briz
Este el nombre que recibió la calle Brunete. Posiblemente, este nombre en principio no nos diga nada, pero jugó un papel extraordinario durante de la II Guerra Mundial. Posiblemente para muchos, es más conocido Oskar Schindler, empresario alemán, miembro del partido Nazi, que con su actuación en contra de los dirigentes alemanes, dedicó parte de su tiempo en la guerra a conseguir evitar el asesinato de unos 1200 judíos. Muchos tenemos conocimiento de Oskar Schindler, por la película de Steven Spielberg titulada “La lista de Schindler”. Ángel Sanz-Briz jugó el mismo papel, aunque sea menos conocido.
Ángel, era un español nacido el 28 de septiembre de 1920 en la ciudad de Zaragoza. Con los años estudia Derecho y se matricula en la Escuela Diplomática. Iniciada la Guerra Civil Sanz-Briz se incorpora el ejército sublevado como conductor.
Terminada la guerra, es destinado a la Embajada de Egipto y posteriormente en 1942, a la Hungría, donde va a gestar una de las mayores hazañas realizada de manera pacífica. Hay que decir que Hungría, en estos momentos era afín a los nazis, pero todavía no estaba, ocupada por ellos.
Con la ocupación alemana, la situación de los judíos cambio radicalmente, iniciándose una política de exterminio en todo el país. Sanz-Briz, el 25 de junio de 1944 envía al gobierno de Franco una carta sobre la situación por las que están pasando los judíos en Hungría. Dicha carta va acompañada del Informe Vrba-Wetzler, realizado por dos judíos huidos del campo de Auschwitz.
A partir de aquí Sanz-Brit inicia de una manera más intensa, la política seguida por el anterior embajador, que había salido de Hungría, por la desconfianza que generaba en las autoridades húngaras. La base legal para ayudar a salir a los judíos de Hungría, se basó en el Real Decreto de 20 de Diciembre de 1924 publicado durante la Dictadura del Primo de Rivera, en que se reconocía a los judíos, que tenían antepasados españoles que, podían reclamar la ciudadanía española. Estos son los denominados sefardíes.
Sanz-Briz, consiguió 200 pases para judíos sefarditas que residían en Hungría. Evidentemente, con uno que se hubiese librado de la muerte hubiese sido un riesgo grande, nos podemos imaginar, lo que podría suponer 200 vidas salvadas de la muerte, basándose en un Decreto que, por cierto, había sido derogado por el gobierno de la República. Pero al embajador no le pareció suficiente. Desarrolló un plan, mediante el cual era posible aumentar el número de pases. Así a cada uno de los pases además del número correspondiente se le añadía una letra del abecedario: 1a, 1b, 1c,……100a, 100b, 100c…. Así hasta el 200z. Además cada pase era para una persona. Desde la embajada, la hicieron extensible a una familia.
Una vez que los descendientes de los sefarditas españoles, habían conseguido el visto bueno para salir del país, había que encontrar medios de transporte para iniciar el viaje. Para evitar que estas personas estuvieran por la calle o en edificios que podían ser asaltados por los nazis, Sanz-Briz procedió al alquiler de 11 pisos, en cuya fachada se ponía un cartel en el que se indicaba que era un piso perteneciente a la embajada española, con lo cual, no podía ser asaltado, pues se generaría un conflicto diplomático, cosa que a Alemania no le interesaba. Tenemos noticias de que eran pisos muy pequeños, de dos habitaciones más o menos, con 51 personas viviendo en ellas, en muchas ocasiones sin alimentos, y con una falta de higiene enorme. Pero peor era la muerte. Cuando una familia conseguía el medio de transporte, su lugar era ocupado por otra.
Con este mecanismo Ángel Sanz-Briz consiguió liberar de una muerte segura a más de 5000 personas.
Hay un momento en que el ejército alemán, comienza de dar síntomas de debilidad, los rusos han roto el frente del Este y se acercan hacia Hungría, el gobierno español, piensa que puede haber represalias contra la embajada española, no olvidemos que la División Azul ha combatido a favor de los alemanes en tierras rusas, y deciden la salida del embajador en dirección de España. La labor de salvar a los judíos desde nuestra embajada no cesó, a partir de ese momento quedó en manos de Giorgo Perlasco, italiano, que pasó a sustituir al embajador.
A partir de este momento, Ángel Sanz Briz sigue en su trabajo de embajador en los distintos países que el gobierno español lo consideraba necesario. Apenas se hizo mención a la labor que había llevado a cabo en Hungría. De hecho, en el año de 1966, el gobierno israelí le concedió el título de “Justos entre las Naciones”. El gobierno de España, dado el acercamiento que se estaba produciendo con los países árabes, no quería que se creara ninguna tensión por tal concesión. Habrá que esperar a 1991, ya muerto el embajador, para que la familia recoja tal nombramiento.
No podemos dejar de lado, que Ángel Sanz-Briz, estuvo casado con Adela Quijano Secada, nieta del José María Quijano, quien puso en funcionamiento la empresa Trefilería, Quijano, que supuso el desarrollo del pueblo.
La Corporación municipal, en reconocimiento de la labor realizada por Ángel Sanz-Briz en la embajada de Hungría, decidió concederle una calle para que llevara su nombre. Por tanto además del título de “Ángel de Budapest” y el de “Justos entre las Naciones”, pasó tener una calle en el pueblo Los Corrales.
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