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08 diciembre 2020

IES MARIA TELO

En el día del mes de noviembre de 2015, sale en los medios de comunicación una información en la que se anuncia que el IES Javier Orbe Cano pasará a impartir el Ciclo Formativo de Grado Superior de Técnicas de Promoción en Igualdad de Género. Evidentemente, la introducción de un nuevo Ciclo Formativo de Grado Superior, es bueno para cualquier Centro, es importante dado que implica más personal, más alumnos y, por supuesto el objetivo de combatir, de una manera dialéctica, las desigualdades a las que tradicionalmente han estado sometidas las mujeres. 
Pero este objetivo, va unido a otro que es el cambio de nombre de Javier Orbe Cano, como nombre oficial del IES, por el de una mujer, no se sabe cuál, dado que al parecer hay que hacer una reparación histórica a las mujeres, y una de las formas es cambiar el nombre de IES. En febrero de 2017, hay una información en la prensa en la que el Consejo Escolar, del IES Javier Orbe Cano, a través de la dirección del Centro, comunica que va iniciar el proceso de cambio del nombre del IES, dejando clara la condición que debe de ser el nombre de una mujer que haya influido en la sociedad. 
Las razones en las que se sostiene el Consejo Escolar, para llevar a cabo dicho cambio, parece que son varias. 
Por un lado, que toda la comunidad educativa ve la necesidad de introducir un cambio en la denominación del IES. 
Otra de las razones, radica en el hecho de que ninguno de los IES que existen en nuestra Comunidad, lleva nombre de mujer, excepción hecha de tres que además tienen la particularidad de que son religiosas. Se cita al IES Santa Clara, IES Nuestra Señora de los Remedios y el IES Santa Cruz. Tengo mis dudas, de que el nombre de Santa Cruz, haga referencia a un nombre femenino, sino más bien a un símbolo cristiano. Si eso fuera una referencia a un nombre femenino, podríamos considerar que el IES Las Estelas hace referencia a un nombre de mujer, cuando sabemos que es un símbolo de la cultura prerrománica. En todo caso, hay tres posibles nombres de mujeres religiosas y se busca un nombre de mujer laico. 
Igualmente, parece poco coherente que un Centro que tiene un Ciclo Formativo de Grado Superior relacionado con la Igualdad de Género, tenga un nombre de hombre. Hay que buscar un nombre que esté de acuerdo con los objetivos de la Comunidad Escolar. Y parece ser que esos objetivos educativos serán más eficientes si el nombre del centro es de mujer. 
A partir de estas premisas, se inicia el proceso de elegir el nuevo nombre del centro, teniendo claro que tal decisión, es exclusiva del Consejo Escolar del centro, una vez oídas las opiniones de los que integran la comunidad escolar. Estando de acuerdo el centro de cambiar el nombre, se procede a iniciar el proceso. A partir de la lectura de las declaraciones en la prensa ese cambio debe reunir tres condiciones básicas: que sea el nombre de una mujer española, que no coincida con otro nombre de mujer que aparezca en otro centro educativo y, por último, que no tenga ninguna connotación de tipo religioso. 
Fijadas las bases, se inicia el proceso de elección del nombre de una mujer española que haya tenido un papel relevante en la sociedad. En todo este proceso, podían participar el claustro de profesores, los alumnos, los servicios y el Ampa. Como esto supondría un proceso complejo, la elección se restringe a mujeres del siglo XX. El 22 de febrero se presentaron el nombre de 26 posibles candidatas. El número todavía es muy grande, de ahí que se proceda a una reducción del número; esta fase de la elección queda a cargo de los integrantes del Consejo Escolar, que eligen una terna formada por María Telo, Ana de Miguel y Matilde de Zapata. A partir de este momento, se establece un período de votación en el que participa el claustro de profesores, alumnos y los padres de los mismos. Va a salir por mayoría el nombre de María Telo, para designar a partir de ese momento el Instituto, dejando el de Javier Orbe Cano para el salón de actos. 
Problema resuelto. Ya hay un nombre de mujer. Tenemos un instituto con nombre de mujer laica, unido a un Ciclo Formativo de Grado Superior, y esto parece ser que facilitará la promoción de la igualdad de hombres y mujeres. Pero… parece ser que no todos estaban de acuerdo o al menos eso se deduce de algunas informaciones. 
No todo el pueblo parece estar muy de acuerdo con tal decisión. Todo indica que el máximo órgano representativo de la comunidad educativa del centro, el Consejo Escolar lo tiene claro y parece que las votaciones le han dado la razón. Pero las opiniones contrarias a tal cambio, son muchas y variadas. Por un lado, nos encontramos con las razones que expone José Luis Rasilla Castillo, alcalde de nuestro pueblo y que había propuesto el nombre de Javier Orbe Cano, para el Instituto por ser él que había conseguido el traer un instituto a nuestro pueblo, con lo que ello supuso, no solo para nuestro municipio, sino para los valles de Buelna y de Iguña. Toda la Corporación vio esta propuesta como acertada. Por otro lado, algunos de los concejales que están en la Corporación municipal, también tratan de evitar el cambio del nombre del instituto. Desconozco lo que opinaban los otros integrantes de la Corporación, sé que el cambio de nombre del instituto era competencia del Consejo Escolar, pero también podemos deducir que hay una parte de los vecinos del pueblo, y de los alrededores, que no estuvieron de acuerdo con este cambio. 
Parece ser, que se promueve la firma de una carta dirigida a la Dirección del centro, con la petición de que no se lleve a cabo tal cambio. Ignoro quien llevó a cabo dicha petición, he accedido vía internet a una página en la que unas 500 personas, con nombres y apellidos, que en la mayoría de los casos, manifiestan su contrariedad con dicho cambio. La mayor parte de ellos estudiaron en el IES Javier Orbe Cano, y que no desean, ni ven necesario, tal cambio. He leído unas 140 reflexiones que se hacen, de las 500 que aparecen, solo en 12 de ellas hay referencias al “feminismo” para rechazar dicho nombre. El resto se manifiestan en el sentido, que para ellos siempre será “Orbe Cano”, pues allí estudiaron, allí pasaron una época importante de su vida, etc. Hay una persona que pide, que si se cambia el nombre, se ponga el nombre de “Javier, el de inglés”. ¿Quién no se acuerda de Javier? Es curioso que sólo en 12 ocasiones se haga referencia al “feminismo”. Se puede deducir, que la oposición no está dirigida a que el nombre sea de mujer, sino a que se cambie el nombre del instituto. 
Por otro lado, parte del alumnado no estaba muy de acuerdo con el cambio de nombre del instituto. En la revista Interaulas, aparece una entrevista a las dos alumnas y a la Directora del IES, pertenecientes al Consejo Escolar. Es curioso que manifiesten que en el centro hay distintas tendencias con respecto al cambio de nombre, unos neutrales que no opinaban sobre el cambio de nombre, y otros que manifestaban su clara oposición al cambio. No aparece ninguna referencia a los que estaban a favor. Todo parece indicar que a pesar de la oposición de sus compañeros y su posición de neutralidad con respecto al cambio, las dos alumnas se presentaron en la reunión y parece que votaron a favor del cambio. Lo cierto es que votaran lo que votaran, los representantes de los alumnos no producirían ningún cambio en la decisión tomada ya de antemano. 
Es también importante que la Directora del IES, manifieste que todo el debate, originado por el cambio del nombre de instituto, había permitido el conocimiento de la figura de Javier Orbe Cano. Lo cual es bueno, porque posiblemente muchos no conocían quien era la persona que daba nombre al instituto. Llama la atención que los alumnos no supieran quien era Javier Orbe Cano, pero sí que supieran quien era María Telo. Es curioso. 
En fin, la Comunidad Educativa había conseguido sus objetivos. El instituto ya tiene un nombre de mujer, que además es laica. A partir de ese momento el Instituto recibirá el nombre de María Telo. Esperemos que nadie más tenga objetivos de cambio del nombre de “nuestro” instituto. 
Normalmente cuando escribo sobre nuestro pueblo, procuro sostener mis opiniones en lo que leo, en lo que me dicen los vecinos que estuvieron presentes en los acontecimientos, pero en este momento expongo mi opinión, por tanto susceptible de ser poco valida, pero es la que es. 
Yo, como muchos vecinos del Ayuntamiento tuve la suerte de recibir la Educación en centros públicos como privados, en centros regidos por religiosos y por laicos; tuve la suerte de culminar mis estudios de Aprendices y de Bachillerato. Y llegar a la Universidad, como otros muchos vecinos del pueblo. Y lo conseguí gracias, no al nombre del Colegio o el Instituto en los que estudié, sino a aquellas personas, religiosos o laicos, hombres o mujeres, que amueblaron mi cabeza de ideas que luego fui colocando en su sitio. Allí se fueron ideas anarquistas, comunistas, de derechas, centristas, ecologistas y todas las ideas que circulaban por los centros educativos. 
Muchos de nuestros compañeros, comenzaron a trabajar en las fábricas del pueblo, otros tuvieron que trasladarse a trabajar a otros lugares de España. Otros muchos se desplazaron fuera de nuestras fronteras a ejercer su profesión que se había ido iniciando en nuestro pueblo. 
Yo tuve la suerte de poder ejercer la docencia, sobre la asignatura que más me gustaba, en varios IES públicos de la región. Primero como interino, luego como provisional y luego como titular. Son varios los institutos, pero solo recuerdo el nombre de dos, el primero donde ejercí la docencia, el IES. Javier Orbe Cano, y el último, donde accedí al final de mi tiempo de docente con la llegada de la jubilación, el IES de Santa Cruz de Castañeda. 
Durante estos años de docencia, nunca me preocupe del nombre del centro, tenía otros referentes, como distancia, tipo de alumnado, de ciudad o de pueblo, tipo de dirección. En todos estos centros encontré personas muy singulares, como yo podía serlo para ellos. Todos teníamos una forma de pensar propia, con diferentes tendencias ideológicas, con distinto tipo de métodos de enseñanza, pero con el mismo respeto para alumnos y alumnas. 
No sé si influyó, en mi transmisión de conocimientos y actitudes de comportamiento, el hecho de que el primero de los institutos tuviera un nombre de varón y el último, el de un símbolo religioso. Lo que si tengo claro, es que me encontré con alumnos de todo tipo, con objetivos diferentes, pero que con el paso del tiempo han ido ocupando puestos importantes en la sociedad, independientemente de ocupar un cargo de prestigio o simplemente el de peón obrero o mujer de casa. 
En los años que ejercí la docencia me encontré con muchos compañeros, con los que en ocasiones había opiniones diferenciadas a la hora ejercer la docencia o de transmitir los conocimientos, pero no hubo imposiciones; algunos tenían una concepción más “autoritaria” otros más condescendiente, pero todos buscaban el mismo objetivo, educar a sus alumnos; encontré a muchos hombres y mujeres que se limitaban a transmitir sus conocimientos a sus alumnos, independientemente de que fueran hombres o mujeres; tuve muchas compañeras que me dirigieron bien como Directoras del centro, como Jefas de Estudios o Jefas de Departamento y nunca imponían su criterio, siempre se dialogaba y se llegaba a acuerdos, aunque, en ocasiones, se veían obligados a imponer su autoridad. Todos lo hemos hecho, en ocasiones en clase y en casa; entre todos estos profesores, me encontré personas de izquierdas y de derecha, ateos o creyentes, heterosexuales, homosexuales, lesbianas, eran cosas privadas, no nos afectaban en el desempeño de nuestras obligaciones de transmitir ideas de historia, matemáticas, etc. Profesores y alumnos, en ocasiones, estaban al tanto de nuestras ideas privadas, pero tampoco nadie se metía con nadie. 
Todo esto, para indicar mi desacuerdo con el cambio de nombre del IES Javier Orbe Cano. Estuve en él, durante mi primer año de docencia, me encontré con unos compañeros de trabajo extraordinarios, me ayudaron para adaptarme a la docencia y me dieron su ayuda para hacer frente a las situaciones “conflictivas” que originaban mi falta de experiencia. Y qué decir de aquellos alumnos a los que tuve que dar clase, en las que en ocasiones nos soportamos los unos a los otros. En todo caso, es una alegría con el paso de los años encontrarme a esos alumnos desempeñando trabajos de responsabilidad en empresas privadas o públicas. Es evidente que ellos realizaron el máximo esfuerzo para conseguir sus objetivos, independientemente del nombre del IES en el que estudiaron, y con el apoyo de los conocimientos adquiridos gracias a los esfuerzos realizados por hombres y mujeres, sin que influyera para nada sus creencias religiosas o políticas, fueran de un sexo o de otro, se decantaran por un tipo de pareja u otra. Éramos profesores y profesoras cuyo objetivo era transmitir los conocimientos necesarios para que nuestros alumnos alcanzaran sus metas, como nosotros habíamos hecho. 
En cualquier caso y para concluir me atrevo a proponerles cuatro consideraciones: 
1.- Si alguien tiene algún interés por la cantidad de jóvenes, mujeres y hombres, de nuestro pueblo que después de pasar por el IES Javier Orbe Cano, instituto con nombre de varón, han alcanzado altas cotas de prestigio intelectual, hagan un repaso de la revista Comunidad en Marcha, revista publicada por la parroquia bajo la dirección de Maruja Méndez y la colaboración de muchos jóvenes del pueblo. En esta revista, muchos meses, aparecían reseñas de corraliegos que habían obtenido “cum laude” en sus trabajos de investigación, que ejercían y ejercen la docencia o la investigación en universidades nacionales o extranjeras, o que se desplazaban por el mundo para colaborar en las mejoras de los pueblos. Fueron alumnos del IES Javier Orbe Cano. 
2.- Sería conveniente revisar el Diario Montañés de fecha 26 de noviembre de 20, en el que se da la noticia de la concesión del Grado Superior de Técnicas de Promoción de Igual de Genero. En la reseña aparece una foto de cinco personas, que asistieron a dicho acto, cuatro de las cuales son mujeres con un alto grado de poder a nivel institucional: la Vicepresidenta del Gobierno Regional, la Directora General de Igualdad y Mujer, la Alcaldesa del Municipio de Los Corrales de Buelna y la Directora del IES Javier Orbe Cano. Además está el Consejero de Educación, Cultura y Deportes y, además la presencia de tres alumnas. No creo, que todas esas personas que aparecen en la foto y que tienen cargos institucionales, estén allí porque hayan estudiado en centros con nombres de mujer y laicas. Es de creer, que han llegado a esos niveles por su esfuerzo y su sacrificio y por el apoyo de todos los que confiaron en ellas y en su valía para ejercer sus funciones. 
3.- Si tan importante era que el Instituto llevará un nombre de mujer, la verdad es que podía haber muchas candidatas por su distinta influencia en la sociedad actual. Pero ¿por qué no una mujer de nuestro pueblo? ¿No ha habido ninguna que lo merezca? Hay varias mujeres a las que las distintas Corporaciones de nuestro pueblo, de distinta orientación política les ha concedido el título honorifico de Hija Predilecta o de Hija Adoptiva, por la labor realizado a largo de los años en favor de los vecinos de nuestro pueblo, o se las ha recordado con una estatua o el nombre de una plaza en el pueblo. Me refiero a Almudena Ruiz Pellón, por el enorme trabajo realizado a favor de la lucha contra el cáncer, siempre con alegría y con ilusión; podemos pensar en Sor Julia, que podía no coincidir con las condiciones establecidas por el Consejo Escolar, pero fue una religiosa que gozó de gran aprecio en el pueblo y por lo que fue reconocida como Hija Adoptiva; pensemos por ejemplo, en María Fernández Pérez-Rasilla, conocida por todos como “Maruchi”, que fue declarada Hija Predilecta, por su contribución a la enfermería y a otras actividades socioculturales en el pueblo. En María Pilar García de los Salmones y Dora Argüeso, “por su dedicación a la enseñanza y formación de varias generaciones de niños y jóvenes, además de implicarse en la vida sociocultural del pueblo”; de Mercedes Abad Laguillo, nombrada Hija Predilecta “por su altruismo y servicio desinteresado a los demás”. 
Y por qué, no el nombre de “Faita” Peña, mujer que no ha tenido reconocimiento alguno, pero sin lugar a duda, fue una persona que se involucró en nuestro pueblo, en la asociación con amplia raigambre en nuestro país, como es la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Ella puso todo su empeño para que dicha Asociación, estuviera presente en el municipio, dando apoyo a todos los que tuvieran dicha enfermedad. Por suerte otras personas continuaron su trabajo. 
4º ¿No habría ninguna posibilidad del reconocimiento por parte del pueblo de la labor realizada por Javier Orbe Cano, en beneficio de los vecinos del Municipio y de los Valles aledaños? En el pueblo hay esculturas dedicadas a personas o instituciones que han jugado un papel en el proceso educativo de toda la zona, ¿no sería posible tener un monolito o una placa dedicada a Javier Orbe Cano, en reconocimiento a su labor, por conseguir un instituto para los vecinos? Creo que el recuerdo de Don Javier Orbe Cano se merece algo más que una placa en el Salón de Actos del Instituto por el que luchó y del que han salido muchos alumnos y alumnas que ocupan cargos en la sociedad. 
5º Si alguien tiene alguna duda, el significado que supuso la llegada del instituto al pueblo y la labor realizada por el Javier Orbe Cano, solo tienen que leer la prensa de los años finales de la década de los sesenta hasta la llegada del centro a nuestro pueblo. Quizá a si se entienda, el por qué el alcalde José María Rasilla Castillo y toda la Corporación decidieron darle tal nombre. En cualquier caso, para muchos de los que hemos dado clases en esas aulas, para la mayor parte de los alumnos que se fueron formando a lo largo de los años en ese edificio, siempre será el “Orbe Cano”.


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