Siempre que sale un informe PISA me viene el mismo pensamiento: "Ah, pero ¿de repente tenemos que aceptar el estado de la cuestión según ese informe, sin que nosotros, por ejemplo los docentes, tuviéramos ya ninguna impresión de antemano, ni se nos haya dado la oportunidad de evaluar, siquiera sea someramente, en grupo?". Parece que el PISA cae en un espacio deshabitado, donde nadie vinculado a la enseñanza se hubiera expresado al respecto, en los tres últimos años. La Administración debería pulsar periódicamente, a profesores veteranos, cómo creen que va la cosa. Y reunirlos para ello, en julio por ejemplo. Y debe hacer evaluaciones periódicas y aleatorias, mini-PISA, pero también publicarlas, para que la sociedad incorpore ese tema a sus inquietudes. E implicando comparaciones a nivel de autonomías, sin que nadie se sienta ofendido, sino para mejorar. Y ayudando a mejorar, claro. De lo contrario, parecemos un cultivo de champiñones, en macetas, comprobados periódicamente desde la Estación Espacial.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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