El Tiempo en Corrales de Buelna,Los
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08 septiembre 2025

EL LENGUAJE DE LOS MEDIOS

Nos dicen que hay crispación, pero a veces son los periodistas, con términos vulgares y enfoques degradados, los que parece que la avivan. Porque las leyes y las sentencias no se "tumban", se derogan, se rechazan, se revocan. O ¿por qué decir que en el Congreso ha habido bronca, pudiendo decir que ha habido disputa, enojo, conflicto? Las instituciones no ponen pegas, sino inconvenientes, obstáculos, condiciones. Los entrevistados no se mojan, se comprometen, se pronuncian... En fin, esto me recuerda a uno que decía que olía a caca, y lo que pasaba era que él llevaba la caca pegada a la nariz. ¿Puede la Real Academia (institución que obtiene fondos de los Presupuestos) permanecer impasible ante el empobrecimiento del lenguaje?, ¿no debería ser tarea suya intervenir en los medios, al menos en los estatales? 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

06 septiembre 2025

EL ARTE COMPROMETIDO

En la Mostra de Venecia hemos visto al mundo del cine conmovido por los acontecimientos de Gaza. Es habitual que del mundo del arte se espere que resuene con los grandes conflictos, que no se mantenga encastillado, dedicado al mero disfrute estético; los propios artistas suelen asumirlo, son proactivos, a veces incluso en ámbitos más dados a lo etéreo como la música clásica. Pero de tal compromiso parecen eximidos otros sectores, como las celebraciones gastronómicas, el turismo (digamos FITUR), la exhibición de coches de época, los toros, o las competiciones deportivas. Las protestas en la vuelta ciclista han sido una excepción, pero que a nadie se le ocurra chafar un día de partido a los aficionados, ¡por Dios, sería inhumano! Bien, pues yo digo que ya está bien. Parece que el arte tiene que hacerse perdonar su existencia demostrando que resuena con el mundo, en tanto que otros tienen derecho a tomarse "el descanso del guerrero"... O todos o ninguno. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

25 agosto 2025

NO SIGNIFICARSE

Un rasgo de carácter que presenta, sin duda, diferencias de unas regiones a otras, es la disposición a que otros sepan el modo de pensar de uno. Y apuesto a que en Cantabria, en eso andamos flojos. En ámbitos diversos suele haber una cobardía que hace que, si alguien se decide a emitir su parecer, sobre por ejemplo la gestión de algún aspecto, lo haga de manera oblicua: "pero no digas que lo he dicho yo...". Así, claro, no se hace sociedad, no se hace democracia. La cual se basa, recordemos, en que uno pueda expresar libremente lo que sea. Con nuestra actitud cotidiana, socavamos ese derecho o lo reforzamos. Recuerdo que, cuando trabajé en Sevilla, te podían preguntar con naturalidad a qué partido habías votado; "yo no tengo por qué quedar bien con nadie", me dijo un alumno de doce años cuando le requerí para que cogiera un papel del suelo, papel que él no había tirado. Todos salimos perdiendo cuando, por no dar la cara, contribuimos a un ambiente en que un temor diluido presida la vida social. Temor a una potencial reacción enemistosa, que muchas veces es meramente imaginada. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

16 agosto 2025

PONTE EN LO PEOR

Cuando empezó a haber telebasura en España, a finales del siglo pasado, algunos pensábamos que la población no estaba tan degradada como para acogerla, que iban a acabar boicoteándola, no viéndola. Nos equivocamos, la telebasura siguió in crescendo, incluso tuvimos que ver cómo nuestros mayores, criados en aquellos rigores y aquellas advertencias de la posguerra, la absorbían sin problema. Después, cuando han llegado las distracciones sin fin de las pantallitas, algunos pensábamos que la mayoría de las familias aún tenían un mínimo de interés educativo como para hacer caso a los expertos en crianza y educación. Nuevamente nos hemos equivocado. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

12 agosto 2025

TRABAJO Y FELICIDAD

En relación con el reciente artículo de Jesús G. Maestro sobre el trabajo, quiero decir que yo nunca me planteé que tuviera que ser feliz, con el trabajo ni con nada. Hay cosas que, simplemente, hay que hacerlas bien; en los 35 años en que estuve trabajando, me limité a intentar hacerlas bien. Cuando lo conseguía, eso sí, volvía a casa más contento. Y cuando las condiciones eran difíciles, procuré transformarlas, o minimizar su impacto en mi salud, que no todo el mundo sabe hacerlo, ni se pone a ello. No veo, por otro lado, que en España haya una ideología dominante de que tengas que sentirte realizado a través del trabajo. Si a algunos jubilados se les permitiese volver a un trabajo llevadero, lo cogerían. Porque, pese al discurso que (éste sí, aquí es dominante: el de la queja sistemática, quizá para enmascarar las pocas ganas de entregarse), hacer algo útil de vez en cuando forma parte de nuestra evolución de milenios, y repercute positivamente, incluso a la contra de que culturalmente, en ciertos países, el trabajo "esté criminalizado" como dijo alguien. Por lo demás, claro que hay trabajos demasiado duros, que se gana poco, y que las condiciones tendrán que evolucionar. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

04 agosto 2025

LAS VACACIONES

Preguntaron una vez a Hormaechea que si él no se iba de vacaciones. Dijo: "Viviendo en Cantabria, ¿quién necesita irse por ahí?"... Una buena respuesta. Lo que ha dicho ahora Feijóo, por su parte, que están sobrevaloradas, podría suscribirlo mucha gente de su generación y más mayores; gente que apenas pensó nunca más que en trabajar, y en labrar un futuro para sus hijos. No debe chocarnos. Porque, al fin y al cabo, lo que ellos conocían era menos duro que la vida de sus antepasados. Así que eso de las vacaciones era siempre "para otros". Y es que, debemos admitir, las sensaciones están moduladas culturalmente. Muchos chinos estarían de acuerdo con Feijóo. De todas formas, observemos que ha ido habiendo un desplazamiento (¿intencionado?) del significado de "vacaciones": del mero no trabajar, al de salir de viaje, ¡que no lo implica! Pero la radio y la tele no dejan de darnos, un año más, "noticias chorras" de personal cogiendo aviones y atascando autovías. En fin, si la frase la hubiera dicho alguien de extrema izquierda, muchos la habrían interpretado como un alegato en contra del aburguesamiento y del consumismo, y a favor del medio ambiente. Porque mira que contamina, eso de irse por ahí. 
 Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

23 julio 2025

CUANTO MENOS BULTO, MÁS CLARIDAD

Supongo que, si se decidió usar determinados idiomas en el Parlamento Europeo, en vez de expresarse todos en inglés, fue porque no se puede pedir a todos los políticos el nivel suficiente. Pero un idioma único habría sido lo deseable. Como en China con el mandarín. Claro que la existencia de distintas lenguas tiene su valor, pero eso corresponde a otros ámbitos; pedir que se plasme en el Parlamento, como si se estuviera agraviando a no sé quién, está fuera de lugar. Podría pedirse también, entonces, usar las pulgadas junto al metro, los celemines a la vez que el kilo, y otras particularidades, cuando ya hace tiempo que todas las comunidades minoritarias se subieron al carro de la homogeneización, no por ceder a ninguna colonización, sino por hacer cosas en común (modernidad, se llama) y poder entenderse, que también es bonito. Además, es preferible un solo idioma que haya desarrollado buenos contenidos y variedad de puntos de vista, que muchos sin tener gran cosa que decir. Idiomas desaparecieron antaño, a todo esto, y aquí estamos, mucha gente ni se enteró de que existían. La vida es así. Y a mi idioma no le doy más importancia que la que tiene, la de poder comunicarme. Si desapareciera un día, no sería un drama. Todos los idiomas tienen, por supuesto, algún valor específico; pero eso queda para los eruditos, no para el día a día de un parlamento.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

19 junio 2025

COGERSE LA BAJA

Me gustaría saber si existe traducción a otros idiomas de "cogerse la baja". Me parece deplorable que en esta sociedad está generalizada y normalizada una expresión como esa en el mundo laboral. La baja no te la coges tú, te la asigna el médico si lo estima necesario; debería decirse, en todo caso, "pedir la baja". ¿O es que la cosa no funciona realmente así?... Hace una década, una mujer de la política cántabra levantó cierto escándalo cuando, ante una situación que se le estaba volviendo incómoda, dijo (con toda despreocupación) algo así como: "¡Pues entonces me cojo la baja y ya está!". Y era evidente que no se trataba de un caso de enfermedad. El papel de los médicos, no solo de los funcionarios y demás profesionales, se vio entonces cuestionado. Pero parece que se nos ha olvidado. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

17 junio 2025

LA CONFIANZA

Que nadie me diga ya que el sanchismo no existe. Una prueba es a qué se ha llegado, a esa visión asimétrica que se ha instalado, no solo en el PSOE sino en la opinión pública, o publicada, sobre la importancia de la confianza: Pedro Sánchez ha pedido perdón por lo de Santos Cerdán diciendo: "no debimos confiar en él"... Pero ¿alguien se pregunta a estas alturas si se da la condición recíproca?, es decir, si Fernández Vara, Margarita Robles, o el resto del personal, se fían de Sánchez, después de saber lo de "petardo", "pájara" y demás. Que parece que ya lo hemos olvidado. Y es que tiene que haber un sentimiento de confianza, no solo funcional sino personal, un sentimiento de no ser engañado, de ser tratado con respeto. Hubo tiempos en que el ambiente, sin duda, era otro; mal camino lleva un partido cuando los colaboradores, que no meros subordinados, no se fían del jefe. Y cuando parece que a éste incluso le da igual.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

14 junio 2025

ELEGIR CARRERA

El cuento de la lechara no está bien ideado, lo que te frustra en la vida real no es que se te rompa el cántaro sino que éste no alcance, en el mercado, el valor que tú le atribuías, sino mucho menos, dado que la competencia es amplia y dura. Debería hacerse un recuento de familias excesivamente ilusionadas con la valía de sus hijos, por ceguera parental y por inexperiencia de la vida. En otro apartado estarían los que nunca tuvieron ninguna expectativa. Y, me temo que minoritarios, quedarían los padres que son realistas respecto al mundo, al futuro, y a las posibilidades de su hijo. Pido a los estudiantes que hayan sacado buenas notas en la EBAU, que se informen sobre qué estudios les pueden procurar un trabajo y un sueldo a corto medio plazo, y no se obcequen con carreras universitarias, que en este país hay mucha titulitis. Es cierto que siendo licenciado es más probable lograr un empleo, pero también que eso no ocurre con cualquier carrera que te guste, ni con las carreras más fáciles. Y que la FP está dando buenos resultados, los que siempre debió dar. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

04 junio 2025

LA NORMALIZACIÓN EN CATALUÑA

El PSOE sigue repitiendo que con los indultos y la amnistía se ha normalizado la vida en Cataluña. Con riesgo de que el mensaje colonice todas las mentes, no parece que nadie haga nada por instalar un discurso alternativo. El independentismo está en mínimos seguramente por su propia dinámica histórica de subidas y bajadas; nada hace pensar que haya sido por una u otra política sino por decepción (el procés empezó a desinflarse desde el mismo instante en que Puigdemont, desde el balcón, lo declaró decaído). Habría que demostrar que si en Cataluña el PSOE ha obtenido buen resultado electoral haya sido por la amnistía. Habría que demostrar también que si, en estos últimos años, la respuesta al independentismo hubiera sido una indiferencia pétrea por parte del Gobierno nacional (en línea con el 155 que el PSOE apoyó, por cierto), no habríamos llegado al mismo resultado o mejor, y sin pagar peajes sonrojantemente evidentes, sin hacer crujir las costuras del Estado de Derecho y sin desacreditarnos ante Europa. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

01 junio 2025

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

A los niños les gusta ponerse a prueba: suele actuar en ellos una fuerza interna que los lleva a intentar demostrar, y demostrarse, que pueden convertirse en personas competentes, útiles para la sociedad. Esa fuerza no actúa necesariamente vinculada a los contenidos de la escuela, ni se aplica a todas las materias por igual, ni tiene por qué compartir los valores del orden establecido; pero es frecuente que un temor oculto de los niños sea el de verse apartado de la actividad general o dominante, y que saboreen la fantasía de verse aclamados por ser contribuyentes al orden reinante, o al del futuro. Pero ahora los niños van a crecer en un entorno donde sabrán, verán, que la tecnología puede absorber el conocimiento, que puede mejorarlo, y superarles incluso en la mera comunicación, y en creatividad. Preveo así un decaimiento de la motivación infantil por el aprendizaje, una decadencia del ansia de verse integrados, de crecer. Y eso generará unos ciudadanos incapaces. 
Adolfo Palacios, para Cartas al Director de El Diario Montañés.

24 mayo 2025

PELIGRO EN LA REMONTA

En el parque de la Remonta, en Santander, hay unos antiguos edificios del ejército que ahora están en ruinas y que constituyen un peligro para quien se adentre en ellos buscando aventuras. Sus accesos deberían estar completamente cerrados, no sé a quién corresponde pero es algo que ya hace tiempo debería estar solucionado. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

11 mayo 2025

SABIDURÍA TRADICIONAL

A veces se ha magnificado la importancia de los refranes, pero es cierto que algunos no tienen desperdicio: El que algo quiere, algo le cuesta. ¿Dónde va Vicente?, donde va la gente. De poetas y locos todos tenemos un poco. Ande yo caliente y ríase la gente. Dime con quién andas y te diré quién eres. En casa del herrero, cuchillo de palo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Ojos que no ven, corazón que no siente. Si quieres saber quién es Fulanito, dale un carguito... Lo que me pregunto es por qué ya, desde hace décadas, no se han vuelto a oír. 
Adolfo Palacios para Cartas el Director de El Diario Montañés.

06 mayo 2025

EL AMBIENTE DEL INSTITUTO

Soy maestro jubilado y me gusta seguir la pista de antiguos alumnos. Uno de ellos, buen estudiante y con ganas de saber, me comenta que está decepcionado con los profesores de su instituto, con su falta de interés, de pedagogía. Por otra parte, leo en un periódico una carta de un profesor, que habla del mal ambiente entre el alumnado y dice que, visto lo visto, se conformaría con que a él los alumnos no le tuvieran por "el enemigo"... Si realmente suele ser esa la consideración recíproca, el ambiente resultante no es idóneo para levantar el país ni para mejorar en las evaluaciones internacionales. Seguramente algunos tienen muy claro por qué el estado de cosas es así, e incluso quizá les parezca lo normal, pero (no sé si hay dinero ni iniciativa para investigación educativa en España) averiguar el porqué de esa situación, debería ser prioridad.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

01 mayo 2025

CONSPIRANOICOS

Lo que más me llama la atención de los conspiranoicos no es su facilidad para sacar conclusiones en cuanto ocurre algo, ni que solo se pongan en juego cuando pasan cosas malas, ni que estén tan bien camuflados entre mis amistades normales que salgan a flote solo en las crisis; lo que más me llama la atención de ellos es que vengan hablándote con ese candor, con esa ignorancia de la mente ajena, con esa creencia de que son tan listos, que les lleva a revelarte su verdad como si a ti no se te hubiera ocurrido ya, como si solo ellos poseyeran la clave de tal explicación. Como si tú, tras haber pensado esa idea, no la hubieras descartado en pos de algo más elaborado, menos apresurado. Pues al fin y al cabo es rara la vez que aportan algún argumento realmente convincente. Dejando ver, así, las ganas que tenían de creer eso, precisamente eso. 
Adolfo Palacios para Cartas al director de El Diario Montañés.

21 abril 2025

LA TELE Y LA INFANCIA

Cuando mis padres compraron una televisión, tenía yo siete años. Antes de eso, algunos días íbamos a ver la televisión a casa de Miguel Caño, el maestro nacional, que vivía en las casas de los maestros que estaban detrás del instituto de la Pontanilla, ahora Policía Local.
Hoy día se habla de la influencia de los móviles en los niños, de que éstos y sus familias abusan del móvil; se han hecho estudios sobre los efectos de las pantallas en la infancia, hace tiempo que se vienen publicando libros al respecto y supongo que las escuelas informan al respecto a las familias en las reuniones que tienen con ellas. No recuerdo que en los años de mi infancia se hablase de los efectos –perjudiciales o no- de la televisión en los niños; sí que es verdad que más tarde, en los años noventa, se decía que la tele no se debía usar como “niñera”, y se comparaba a la tele con “el chupete”, para que el niño estuviera callado y quieto. En 1964 Marshall McLuhan había publicado “La comprensión de los medios como las extensiones del hombre”; después, en 1992, Roger Silverstone y Eric Hirsch (editores) había publicado “Los efectos de la nueva comunicación”, y con el cambio de siglo, en España, Pepe Rodríguez publicó “Qué hacemos mal con nuestros hijos”, con un capítulo sobre la televisión, “el enemigo en casa”. Pero no he conocido ninguna inquietud por cómo influyó la presencia de la televisión en los ambientes familiares de la España de los años 60-70, ni por cómo influyó en la forma de ser de los niños que empezaron a criarse con la tele, ni por si hubo un periodo intermedio –y cuánto duró- entre la antigua familia más o menos extensa (donde solían convivir tres generaciones, junto con los vecinos, y donde el ambiente familiar estaba controlado por los más mayores) y el nuevo statu quo donde la nueva familia, la familia nuclear –luego presentada por paradigmática por algunos- pasó a ser una familia televidente, al menos a la hora de la cena y de tener a los críos entretenidos, cuando volvían de sus correrías por las calles, aquellas calles, y entornos, aún jugables y escenario de aventuras.
Mi abuelos, que no tenían frigorífico, ni teléfono, ni ducha ni calefacción (y sin embargo se sentían vivir “como señores”, en aquella casa bien pintada que habían edificado con esfuerzo tras la posguerra), se resistieron a comprar televisor. Solo en los últimos años aceptaron tener en la cocina un pequeño receptor que mi padre les llevó, y que luego, supongo, alivió la soledad de mi abuela cuando se quedó viuda.
¿Tenéis algo que decir al respecto? ¿Cuándo adquirió vuestra familia una televisión? ¿Tenéis algún recuerdo de cómo era la vida de vuestra familia antes de la tele? ¿Tenéis alguna experiencia sobre la influencia de la televisión en las situaciones sociales y en la personalidad de los niños? ¿Creéis que el asunto es comparable al de ahora con los móviles y los niños? ¿Cómo usa la juventud ahora la televisión, si es que la usa?
Adolfo Palacios.

EL SENTIDO DEL RESPETO

¿Qué debemos entender por respeto ante una manifestación religiosa? Puede entenderse de una doble manera. Y no deben confundirse. La manifestación pública de la religiosidad está amparada en nuestro sistema; las personas que ahí intervengan han de ser respetadas (al fin y al cabo como otra cualquiera) de modo que, si se produce alguna intervención en tono de burla, no repercuta en ataques a ellas, o sea, no aliente la animosidad que algunos pudieran albergar. Pero eso no implica un respeto tomado en el sentido en que algunos cristianos o musulmanes lo reivindican, llamando blasfemia a todo lo que no sea veneración y acatamiento (para personas, además, que al fin y al cabo no están obligadas, al no ser creyentes). Éstas pueden intervenir de manera "no respetuosa" (siempre que, si el acto tiene lugar en un recinto privado, no perjudiquen su normal desarrollo). Y suele introducirse en estos casos el tema de la libertad de expresión, pero más allá de eso debería considerarse, pongamos, la intención de evidenciar el supuesto ridículo de la cosa y sacar a algún creyente del sueño en que presuntamente está sumido: el fin sería el desengaño, la ilustración. Pero, claro, las cosas rara vez se dan con este nivel. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

15 abril 2025

EL MÉRITO

Lo de la meritocracia en principio está bien, pero es objeto de visiones deformadas. Desde un punto de vista, digamos, de derecha, hay quien la esgrime haciéndose ciego a sus propias condiciones ventajosas de partida: "la vida acaba poniendo a cada uno en su lugar", "cada uno tuvo su oportunidad, el que no la aprovechó es porque no le ha dado la gana"... Y es cierto que algunos bien situados lo consiguieron con innegable esfuerzo, pero también lo es que grandes esfuerzos no se emprenden sin que se atisbe de entrada un éxito probable. Demasiados jóvenes he visto que acabaron en una vida injusta para su valía, no por su culpa sino por mala suerte. Y, desde la izquierda, se hace hincapié en las desigualdades de partida, en la influencia de factores ajenos al mérito que perturban y anulan el "ascensor social", y se desacredita la sana competitividad, la disciplina, el dinero, la autoridad, y la investigación de los caminos que verdaderamente puedan llevar al éxito, evitando educar a la masa, dando la batalla por perdida de antemano y fiándolo todo a una revolución futura que nunca cada uno verá. Y, mezclado con todo ello, están las ínfulas, delirios y expectativas ilusorias, como ilustró Arthur Miller en "Muerte de un viajante".
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

07 abril 2025

RIQUEZA Y VALORES

Un error en el que caen algunos bienintencionados de izquierda, es creer que todos los pobres están deseando vivir las cosas que la gente con posibilidades disfruta y valora; creer que, si a todos se dieran dinero y oportunidades, adoptarían el estilo de vida que los ministerios y las revistas ponen como ideal. Pero no a todo el mundo le motiva educar bien a los hijos, comer sano, estar informado, mantenerse guapo, viajar, enamorarse, ir a conciertos, hacerse una casa bonita, ahorrar para la vejez, asociarse para hacer cosas... Hay quien todo eso, directamente, lo desprecia. Incluso entre ricos, los hay que prefieren hablar a gritos, tener vicios, meterse en infidelidades tontas, no usar anticonceptivos, arriesgarse en negocios sucios, o armar gresca. Claro que, también, algunos pobres rechazan ciertas cosas porque les falta formación para apreciarlas. Y porque prefieren reforzarse en su sentido de pertenencia en torno a lo que de hecho les es accesible. Procurar dar oportunidades a todos, está bien, pero creer que así se arreglarán las vidas, y la sociedad, es utópico. Digamos también que no todo lo que suelen valorar los ricos tiene un valor real: puede ser sometido a crítica. Y, en fin, que el hecho de ser rico te puede privar de experiencias que cambiarían tus valores. 
Adolfo palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.