Cuando empezó a haber telebasura en España, a finales del siglo pasado, algunos pensábamos que la población no estaba tan degradada como para acogerla, que iban a acabar boicoteándola, no viéndola. Nos equivocamos, la telebasura siguió in crescendo, incluso tuvimos que ver cómo nuestros mayores, criados en aquellos rigores y aquellas advertencias de la posguerra, la absorbían sin problema. Después, cuando han llegado las distracciones sin fin de las pantallitas, algunos pensábamos que la mayoría de las familias aún tenían un mínimo de interés educativo como para hacer caso a los expertos en crianza y educación. Nuevamente nos hemos equivocado.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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