Siempre se ha sabido que estar pensando en sexo es incompatible con el estudio, como con otras cosas también lo es, porque la llama del sexo, sobre todo en personas inexpertas, puede llevarse todo por delante. Por eso la educación sexual, aun siendo necesaria, debe tener cuidado de no entrar a recomendar métodos de masturbación, o para diversificar el placer, etc. El mundo de la enseñanza es compatible con la educación sexual hasta cierto punto; la vida de los jóvenes ya está demasiado sexualizada hoy con la pornografía, contrarrestar a ésta es lo primero. ¿En qué ámbitos, entonces, promover la liberación de tabús, la exploración, etc.? Se puede responder diciendo: ¿pero realmente es necesario enseñar esas cosas a menores de edad?
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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