Algunos han estado años recordándonos que Franco murió en la cama, supongo que para mostrarlo como signo de una sociedad adocenada; claro que es más agradable para el ego pensar que, si en la mano de uno hubiera estado, la revolución habría triunfado. Pero aquella muerte con viático, si bien poco glamurosa, fue mejor para el conjunto del país (que es de lo que se trataba, ¿o no?), ya que, algo más rupturista, habría traído consecuencias, como poco, inciertas. Después, cada cual ha contado la "feria" según le fue (o no le fue) en ella. Y ahora se trata de que la gente se conciencie de que no siempre hemos vivido en democracia, y de que ésta no nace por generación espontánea. No está mal la idea, aunque tal pedagogía sería más exitosa en un contexto distinto del actual, donde las dictaduras cobran prestigio. Pero en todo caso sería un error hacer creer que Franco fue el único malo del mundo, o el peor de ellos. Preferible, quizá, diseñar una asignatura titulada "Dictaduras", donde se hable de Hitler, Stalin, Maduro...
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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