El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

27 septiembre 2006

UNA RELACIÓN DIRECTA

Manuel Alcántara, continúa adoctrinándonos sabiamente desde la página de opinión del Diario Montañés.
Un pedagogo de principios de siglo dijo, no sin cierta exageración que sólo hay una cosa peor que pegarle a un padre: pegarle a un hijo. Otros educadores opinan que a los hijos sólo hay que pegarles en defensa propia. Cada época profesa unos criterios y suele desdeñar los de otras. En el duradero momento actual las cosas han emprendido otro rumbo y en la Memoria de la Fiscalía General del Estado se nos da a conocer, por si a alguien le interesa saberlo, que ha aumentado considerablemente el número de jóvenes que agrede a sus papás, «tanto a nivel físico como psíquico». Tenga usted hijos para eso, que dice la gente, como si traer al mundo a un desconocido fuese obligatorio.También ha detectado la Fiscalía una relación directa entre absentismo escolar y delincuencia, o sea, que hay muchos adolescentes que se preparan para llegar a ser el día de mañana personas sin ningún provecho. Los sociólogos atribuyen el crecimiento del número de chicos y chicas rebeldes, o díscolos, o como quieran denominarlos, a múltiples causas. Es cierto que lo que ahora dura poquísimo a la puerta de un colegio no son los caramelos, sino los porros. El aprendizaje de la droga, si empieza pronto acaba mal antes. Otros hablan de las consecuencias, sin duda influyentes, pero no determinantes, de la ruptura del hogar por la separación de sus progenitores. En algo tienen que entretenerse los psicólogos, hasta llegar a la rebelión de los muchachos contra sus profesores, que pronto tendrán que dar sus clases con casco, bajo el lema de «enseña, pero seguro». Personalmente, me niego a verlo todo tan negro. Ya tendré tiempo, cuando esté muerto. Los jóvenes tienen mucho camino por delante para ser otros y reconstruirse con materiales de derribo. Mucha gente, incluido algún santo que otro, no se reconoce en el que fue cuando se mira en su espejo interior, que también es muy olvidadizo.

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