Las encuestas de intención de voto se airean demasiado a menudo, entiendo que interesen a los propios partidos (a sus "aparatos", más concretamente) pero no tanto al ciudadano, habiendo otros temas de que hablar. Lo mismo con las posibilidades de pactos y de gobierno tras las elecciones; lo que llegue, llegará, tampoco hace falta atestar las emisoras con ese tema todo el día, como si fuéramos a tener alguna participación. A los programas electorales, y a sus cumplimientos, se les da menos peso que a las siglas, como si todo fuera un rito de tribus primitivas; eso, si no se dice que los programas están para no cumplirlos. Claro, para eso habría que leer, y estar al tanto de temas diversos, lo que cuesta un esfuerzo, requiere una cultura. Y es que la gente parece seguir el juego de sillas con interés, cuando el protagonismo de lo que llamamos "la política" deberían ocuparlo asuntos que sin duda están ocurriendo o deberían ocurrir si fuéramos una sociedad activa. El supuesto interés del ciudadano medio con los partidos, me parece semejante a aquél con que se miran esas revistas "de peluquería", que nos muestran mansiones, joyas, fiestas fastuosas, y ante ellas hay quien se queda embobado como si fuera su tema, como si le fuera a tocar algún día. Vivencias vicarias, como en el fútbol, y mientras tanto la vida sin hacer.
De Adolfo Palacios González, para Cartas al Director, de El Diario Montañés
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