Si hemos de dividir los discursos sociales en izquierda y derecha, o tradicionalistas y progresistas, diríamos que la derecha ha vinculado excesivamente sexo y procreación, en tanto que la izquierda los ha desvinculado demasiado. Ambas presentan grados: no toda la derecha ha querido anular el goce de la unión por sí misma en aras del parto y de la familia; no toda la izquierda ha llevado el tema del sexo al campo exclusivo de la libertad y la anticoncepción. Pero lo que echo en falta son más discursos realistas y centrados, pues considero evidente, por un lado, que el ser humano puede darse el derecho a un disfrute en pareja sin la atadura del parto y sus riesgos, sin sentirse encadenado a la crianza; y por otro, que algo habrá que hacer con el niño, no necesariamente abortar, en caso de embarazo. Riesgo real, pues los métodos anticonceptivos no son seguros del todo (sobre todo si no se usan). Y que el excesivo hincapié en la "libertad con su cuerpo" de la mujer exonera al varón, deja todo el dolor y la responsabilidad a la chica, lo mismo después que antes de la relación sexual, tanto en caso de embarazo como en la posible asunción de la paternidad, asemejando la relación a la prostitución. Lo cual no es muy feminista. Y no es tampoco una buena manera de educar a la juventud.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El diario Montañés.
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