En un programa de radio he oído, y lo decían muy seriamente, que hoy los jóvenes no tratan el trabajo con desapego y como un mero medio para ganar un sueldo y dedicarse a vivir luego una "vida verdadera" que se supone está después del trabajo, sino que son exigentes con los puestos que desempeñan, pidiendo que a través de ellos puedan realizarse, y que en esos puestos se les escuche, puedan intervenir, y pertenecer a una empresa con cuya filosofía se puedan identificar, mirando por la globalidad del mundo y no sólo por que gane dinero. Por otra parte, en un periódico leo que los jóvenes hoy no se toman el puesto de trabajo tan en serio como sus mayores, limitándose a desempeñarlo con vistas a cubrir necesidades de una vida personal que, se supone ahora, se desarrolla en otro ámbito, así que rehuyen los puestos que les exigen demasiada lealtad... Parece contradictorio. O quizá han entrevistado a dos clases diferentes de jóvenes. O es que efectivamente quieren realizarse y comprometerse en unos ciertos tipos de trabajo, pero éstos no existen. Por otra parte, creo que tanto una visión como la otra no son de ahora, ambas se daban ya hace décadas. En todo caso, no me parece que estén los tiempos como para andar prefiriendo y escogiendo, más bien lo que hace falta es que haya trabajo.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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