No podemos detallar la fecha de nacimiento y en qué lugar, al haber sido destruido el Archivo Parroquial durante la guerra civil, pero sí que nació en nuestro Municipio.
Elegimos, destacándole, a este personaje, porque fue, nada menos, que SEIS veces Alcalde de nuestro pueblo, en el período comprendido entre 1822 y 1862.
Coincide su primer mandato con la iniciación de las actas municipales el 16 de Enero de 1822 (o sea, las primeras actas que se conocen). Era Secretario D. Evaristo de la Riba Velarde, dotado con un haber anual de 1500 reales.
D. Matías era hombre justo y enérgico y, además, de una fuerte personalidad, siendo muy respetado a lo largo de su vida, tanto en el terreno civil como en el oficial. Era Capitán Comandante de la Milicia Urbana del Valle. Dirigió personalmente a los milicianos en la persecución de las facciones que habían cometido robos y desmanes en el Valle de Iguña, restableciendo la normalidad con su decisiva intervención.
En 1836 fue elegido nuevamente Alcalde, siendo reelegido al año siguiente, ya que el mandato sólo era por un año. En 1843, volvió a ocupar el sillón presidencial, repitiendo en 1846, pero ya por períodos de dos años. Repite Alcaldía en 1861 hasta finalizar el 1862. Ya se observa la firma temblorosa –la edad- cuando en anteriores legislaturas fue de trazos bellos y firmes.
En diversas fases de su gestión, dio sobradas muestras de entrega al Municipio, con lo que suplía la endémica penuria de las arcas municipales, además de hacer frente a las funestas consecuencias de la epidemia que diezmo la población, producida por una terrible avenida del Río Besaya en 1834. Esto fue motivo para implantar ciertas medidas de seguridad, tales como prohibir la construcción de presas y ordenar la vecindario que acudiera con herramental apropiado a Somahoz, para reconstruir el muro arrasado por la violencia de las aguas, que anegaron los barrios de El Corraleo y La Aldea (aún no existía la vía férrea), llegando las aguas hasta Barros, ocasionando la muerte en personas y animales.
El 21 de julio de 1837, bajo su presidencia, tuvo lugar un acto importante: la publicación y jura de la Constitución de la Monarquía en la Iglesia Parroquial, con repique de campanas y salvas de rigor por el entusiasmado vecindario, todo dentro del mayor orden y compostura.
Mantuvo una actitud firme ante el Ayuntamiento de San Felices que se oponía a la reparación de los márgenes del Besaya.
Falleció, creemos, hacia 1870, dato que no podemos precisar exactamente por faltar el libro del Registro Civil, que, precisamente, se había creado ese año de 1870
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