Es difícil creer que el calendario escolar con semanas vacacionales intercaladas se haya hecho para beneficio de los niños, pero si así fuera, sería más indicado cuidar que esos días dejen de madrugar y de ir con la lengua fuera a extraescolares, cosas que sí pueden tener su trascendencia, que prohibir que tengan deberes. Con quitar los deberes se acaba transmitiendo el mensaje de que estudiar es perjudicial, que ya es lo que nos faltaba; estudiar ha de verse como un tesoro, doloroso de perder. Ya sé que en este país no abunda le gente que lo vea así, en ningún ámbito político, familiar, o académico. Los hijos de familias ricas y cultas seguirán formándose, mientras los otros profundizarán su ignorancia, "descansando". Y mientras tanto, países como Singapur, que ostentan en sus billetes de más valor el símbolo de la educación, del estudio, nos seguirán comiendo la tostada como nos merecemos.
Adolfo Palacios González, para Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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