A punto de cumplir un siglo de existencia, la estatua en piedra del empresario José María Quijano reclama ya la revisión de posibles descascarillados que han llamado la atención a algunas de las personas que lograron que se pudiera mostrar al público en el lugar en el que hoy se levanta, los jardines de La Rasilla, en Los Corrales de Buelna. Entre ellos Juan Miguel Villamuera, directivo que fue de la Asociación Cultural Olna, colectivo que recuperó del olvido una obra de arte que se debe a uno de los mejores escultores palentinos, Victorio Macho.
La estatua sedente del hombre que fundó Trefilerías Quijano, generando un crecimiento exponencial del pueblo, necesita además, cuando menos, un lavado de cara que de dignidad a un monumento que denota el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Aunque no hay muchos datos concretos sobre la estatua, sí se sabe que fue realizada en piedra de Novelda y parece que se encargó a principios de siglo pasado por la esposa del empresario, Soledad de la Colina, a uno de los artistas más afamado del momento, al que también encomendó el Cristo Crucificado que se muestra en la iglesia parroquial.
La estatua sedente del hombre que fundó Trefilerías Quijano, generando un crecimiento exponencial del pueblo, necesita además, cuando menos, un lavado de cara que de dignidad a un monumento que denota el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Aunque no hay muchos datos concretos sobre la estatua, sí se sabe que fue realizada en piedra de Novelda y parece que se encargó a principios de siglo pasado por la esposa del empresario, Soledad de la Colina, a uno de los artistas más afamado del momento, al que también encomendó el Cristo Crucificado que se muestra en la iglesia parroquial.
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