Nuevamente nos hemos animado a hacer un viaje Laura y yo, en compañía de nuestros amigos Mariola y Luis y Ludy y Luis para ver en el Conservatorio, el examen final de oboe de Quique, hijo de estos últimos, y un concierto que dio también en el Palacio de la Música. En esta ocasión nos hemos trasladado a Basilea, que es una ciudad suiza, cruzada por el Rin, de parecidos habitantes a Santander. Además de haber nacido allí el conocido tenista Roger Federer, es famosa porque conviven de forma pacífica tres idiomas con sus respectivas culturas alemana, francesa e italiana, además de tener más de 40 museos.
Personalmente he llegado impresionado y enriquecido de la visita realizada, porque hasta cierto punto me ha proporcionado una vuelta al pasado, pero antes quiero ponerte en antecedentes.
IMPRESIONANTES DATOS ECONÓMICOS
IMPRESIONANTES DATOS ECONÓMICOS
En tus manos dejo estos datos, pero antes te comento que las principales industrias suizas son las de productos químicos y farmacéuticos, alimentaria, relojería, electrónica o la maquinaria.
Su salario mínimo es de 3.480 francos al mes (unos 3.096 euros) (en España 900 euros), propiciando un salario medio que en 2017 fue de 77.397 euros al año, es decir 6.450 euros al mes, si hacemos el cálculo suponiendo 12 pagas anuales (en España 1.636 euros mes).
Avanzada la tarde tuvimos que sacar dinero en un cajero y además de que en el mismo podía vivir una familia entera, no había nadie durmiendo en él sobre unos cartones. Tampoco vimos a nadie pidiendo, ni manteros ofreciendo mercancías en la calle. También me llamó la atención que hay muchísimos menos perros que aquí.
VUELTA AL PASADO
Nunca creí yo que volvería a mis años infantiles, pero he conseguido ver una ciudad del siglo XXI sin coches. Los peatones, las bicicletas y el transporte municipal no contaminante, formado por múltiples tranvías, y unos pocos taxis, han eliminado los coches de las calles. Allí tanto los niños, como los mayores, están concienciados y disciplinadamente van a clase o al trabajo en bicicleta o tranvía, como antaño se desplazaban a Los Corrales los obreros o los estudiantes de los pueblos vecinos de San Mateo, Barros, Coo, Cieza, Somahoz, San Felices …
Me ha producido idéntica sensación a la que me llevé cuando se prohibió fumar en los bares y creía que iba a ser difícil de conseguir pero que, sin embargo, ahora no concebimos el que se hubiera podido fumar, agradeciendo la mejora introducida.
Quieren también hacer partícipes a los visitantes de esta situación así que nada más inscribirnos en el hotel nos facilitaron una tarjeta para que pudiéramos utilizar los transportes públicos de forma gratuita.
CURIOSIDAD IMPOSITIVA
Allí no tienen contenedores de basura, sino que la depositan en unas bolsas de plásticos especiales. La adquisición de estas bolsas lleva incorporado el impuesto sobre la basura y no se recoge todos los días, sino que cada zona tiene unos días de recogida, que respetan disciplinadamente. Se consigue así un impuesto más justo, ya que aquí todos los ciudadanos pagamos el mismo impuesto de forma prorrateada, mientras que allí el que más basura ocasione, tendrá que comprar más bolsas, con lo que pagará más impuestos que el que origine menos. El hecho de no recoger la basura todos los días conlleva también un ahorro en el servicio de recogida, ya que consigue llevarlo a efecto con menos efectivos que si lo hiciese todos los días por toda la ciudad.
TRATO A LOS INMIGRANTES
Si me llevé una agradable sorpresa con lo de que no circulasen coches, me he vuelto a llevar otra con el trato que dan a los inmigrantes.
Aprovechamos la ocasión para hacer también un poco de turismo y visitamos Friburgo (Alemania) y Lucerna y lo hicimos en tren, constatando que el paisaje se asemeja mucho al de nuestra región. A la vuelta de esta última ciudad coincidimos en el compartimento del vagón del tren con una chica joven que, al oírnos hablar en español, se dirigió a nosotros y nos hizo partícipes de que ella era mejicana y nos comentó lo bien que la habían tratado los suizos, a pesar de ser inmigrante. A modo de ejemplo te diré que cuando algún ciudadano hace una aportación económica a alguna ONG, lo que ese ciudadano pretende es que el receptor de su ayuda haga un uso adecuado de dicha aportación. Pues eso es lo que hacen los suizos con los inmigrantes, siempre que vayan a estudiar o trabajar. Esta chica, María Paz, cuando llegó allí para cursar sus estudios de Dirección de Empresas, la facilitaron una ayuda económica, siempre inferior a la que recibían los nativos de país. Con posterioridad comprobaban que dicha ayuda había sido aplicada correctamente y que había logrado su propósito, volviendo a darlo nuevas ayudas, de forma creciente, siempre que mantuviese los buenos resultados de las ocasiones anteriores. En la actualidad esta chica ha acabado su licenciatura y estaba preparando la tesis doctoral, que presentará a final de curso. Una vez hecho esto, la daban un plazo de 6 meses para encontrar trabajo y si consigue encontrarlo, automáticamente quedaba igualada a una persona nacida en Suiza, porque había demostrado que la inversión que había hecho con ella había surtido el efecto adecuado.
De idéntica forma se comportan con los que van a trabajar, aunque inicialmente ante un trabajo, tienen preferencia los naturales del país, después los de la Unión Europea y finalmente el resto de aspirantes a dicho trabajo. Esto propicia el que los inmigrantes inicialmente accedan a trabajos residuales que los suizos no quieren hacer, pero que una vez lo hayan conseguido entran en la misma dinámica que los estudiantes, pudiendo conseguir la equiparación con los nativos, siempre que hayan demostrado la eficiencia, cualificación y capacitación adecuada.
Con esta dinámica de seguimiento de la correcta aplicación de la subvención concedida, se evita el que sea rentable el vivir de la subvención sin trabajar, o lo que es peor, trabajar y cobrar en negro, para evitar perder la misma.
RECOMENDACIÓN FINAL
Te animo a que vayas a comprobar personalmente lo que aquí te he comentado, pero te voy a hacer una recomendación y es que te vayas olvidando de esos pequeños gastos que estamos acostumbrados a hacer aquí, porque, los precios son prohibitivos. Como ejemplo te diré que un café o una caña valen 4 euros, un combinado (Cuba Libre, Gin Tónic …) 15 euros y que por lo que allí cuesta un vino, aquí te puedes comprar una botella.
Mientras tanto, pongo a tu disposición las siguientes imágenes:
Típica calle de Basilea |
Bicicletero cubierto en la estación de ferrocarril |
En Lucerna |
Con el famoso León de Lucerna |
Calle de Friburgo |
En Friburgo, tomando unas cervezas
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1 comentario:
No pertenecen a la CEE pero se relacionan de forma privilegiada con ella. Las fábricas se instalan en países de bajo nivel salarial como el nuestro, para obtener pingües beneficios los cuales son posteriormente gestionados por ellos. Los inmigrantes del tercer mundo se reparten por Europa pero ellos seleccionan a quién dejan residir allí. No participan en conflictos internacionales y así no se crean enemigos.
En definitiva, han emparentado con las clases pudientes y les han creado un recinto de paz, sosiego y tranquilidad para sus pertenencias al tiempo que los más insignes millonarios pueden campar a sus anchas en el más completo anonimato.
Curiosamente ocurre como en nuestras ciudades de referencia, los barrios de los comunes mortales son los que alojan la miseria pero en los barrios de los pudientes, seguridad, tranquilidad y recursos sin cuento.
El mundo sigue teniendo las mismas reglas de juego desde su creación.
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