El edificio de la Acción Católica se situó en la zona que actualmente conocemos como colegio de primaria de la Salle. Pero que anteriormente fue el colegio de las Monjas, después de que abandonaran su anterior colegio situado en La Pontanilla. Era un edifico de forma cuadrangular de dos pisos y una zona abuhardillada. Allí se situarían los distintos despachos para la gestión de Acción Católica.
Al lado, nos encontraríamos un edificio de una sola altura, que actuaría de zona de reunión y para otras actividades. Muchos recordamos dos momentos en los que este salón tenía una gran transcendencia para los niños de la época. Todos los años durante el mes de mayo, se celebraba un hecho transcendental para los niños y para las familias. Era el mes en que se celebraba la Primera Comunión. Los niños con sus trajes de marino o de almirante y las niñas con vestidos largos. Toda la familia reunida, la celebración de la misa, la toma de la primera comunión y la posterior foto en el rollo que hay en el campo de Iglesia. Luego se recibían los regalos y los besos de los familiares, con la presencia de los abuelos como familiares relevantes. Pues bien, después de todo esto, los que habían recibido la comunión se trasladaban con alegría al Salón de la Acción Católica, donde la parroquia nos agasajaba con una suculenta taza de chocolate acompañada de un trozo de bizcocho. Se repetía y se disfrutaba, y después para casa, a comer el poco frecuente pollo, que en aquellos años, sólo aparecía en las fiestas más importantes de la familia.
La otra fecha importante era la Navidad. Creo recordar que desde unos días antes de la Navidad y hasta pasada la fiesta de los Reyes Magos, en el salón del que estamos hablando, las personas pertenecientes a la Acción Católica montaban una tómbola, a la que los vecinos del pueblo acudían a probar suerte. Y si no la tenían, acumulaban los puntos que aparecían en los boletos y, posteriormente los cambiaban por los objetos que se exponían en la tómbola. Todos estos objetos, eran donados por los comerciantes del pueblo. Los días de mayor asistencia de público a la tómbola, eran los sábados y los domingos. Los recursos económicos obtenidos, posteriormente era utilizado por Acción Católica para hacer frente a los problemas con los que se encontraban los vecinos con menos recursos.
Con el tiempo, este salón pasó a tener otras funciones, pues me acuerdo de ir a clases particulares con Don Gonzalo, para preparar las pruebas de acceso al colegio de La Salle. Posteriormente con el traslado de Las Monjas se convirtió en aula para los niños de menor edad.
Por último, nos encontramos adosado a éste una segunda sala, cuya función será la de Salón Actos. Para acceder a él, no se puede hacer a través de ninguno de los otros dos edificios, hay que hacerlo a través de una puerta situada en la zona del sureste. Una vez dentro nos encontrábamos con un amplio salón con butacas y un escenario al que se accedía por medio de escaleras. En el escenario, había también una pantalla para la proyección de películas.
Con el tiempo este edificio fue cambiando, no en la estructura del mismo, sino en su utilización. El edificio más elevado, -el más cercano a la actual Plaza de la Constitución, en aquellos tiempos conocida por Plaza del Generalísimo, aunque para los lugareños siempre nos referimos a ella como “La Plaza”- va ser utilizado como vivienda particular. El edificio situado más al Este, desde el principio es un salón que va convertirse en un lugar de actividades culturales de todo tipo: teatro, conferencias, o cine de fin de semana.
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