Parece contradictorio defender la importancia de la familia, y pedir flexibilidad y movilidad laboral a toda costa, despido libre, libre mercado del alquiler, y supresión de ciertos impuestos. O añorar el respeto a los mayores, y exaltar el empuje marcial, la autosuficiencia, el "dar la talla". O declararse católico y aceptar solo a los papas que nos gustan. O defender las raíces de Europa y cerrarse a los cuestionamientos y la tolerancia que importantes movimientos religiosos nos legaron. Defender la caza, sin proteger a los insectos que las aves comen, ahora amenazados. Reivindicar los logros de la España del s. XVI sin preguntarse por el declive que separó nuestra evolución de los vecinos europeos (a lo mejor es que Ortega, Sanz del Río o Unamuno eran comunistas). Claro que puede ser que a la extrema derecha le falte "pedagogía", como se dice ahora.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.