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07 junio 2024

EL MERCADO SEMANAL A PARTIR DE 1980

Hasta mediados del mes de junio de 1980, no volvemos a tener ninguna referencia al mercado. Es el día 14 de junio de 1980, cuando Juan José Crespo, corresponsal de El Diario Montañés habla, en la crónica de ese día, del mercado. Al parecer, la Corporación municipal había aprobado en un pleno, la puesta en funcionamiento del nuevo mercado. Hubo opiniones enfrentadas. Así el concejal Félix Hinojal no era partidario de la puesta en marcha de dicho mercado, pues eso significaría una fuerte competencia para los comerciantes del pueblo. Por otro lado el alcalde, era totalmente favorable a su reapertura. El mercado semanal, significaría que los vecinos del Ayuntamiento no se desplazarán, a comprar al mercado que, todos los jueves, se celebraba en Torrelavega. Y no solo eso, era habitual que cuando terminaban en el mercado, y haciendo tiempo para coger la “línea” de vuelta a Los Corrales, dedicaran su tiempo para visitar los comercios de Torrelavega y no era raro que compraran cosas que podían comprar en Los Corrales. Por otro lado, si se restablecía el mercado de Los Corrales, muchos vecinos de los Ayuntamientos cercanos se desplazarían al mercado corraliego, sin tener necesidad de llegar a Torrelavega. Menos tiempo, menos gastos de desplazamientos en “la línea”, por tanto más atractivo para los compradores.
De hecho, la apertura fue aprobada, pero no estaba clara la ubicación del mercado semanal. Parece ser, que hubo dos zonas para ubicarlo. Por un lado, unos se decantaban por situarlo en la plaza de La Pontanilla y otros en la plaza de San Miguel, en el barrio de La Aldea. Es en esta última zona, donde abrirá el mercado semanal. También se estableció que el mercado se celebrase todos los miércoles, como había sido habitual en épocas pasadas.
La Corporación consideraba que el mercado no haría competencia a los comercios del pueblo, pues los productos y la calidad eran distintos. Es cierto que podía haber alguna competencia en los comercios dedicados a la venta de frutas y hortalizas, pero estos, podían sacar sus productos a la calle los días de mercado, cosa que no podían hacer el resto de la semana.
Todo estaba perfectamente estudiado y se habían encontrado soluciones para posibles problemas, ¿por qué no se abría el mercado? Al parecer, la Corporación estaba a la espera de que el documento regulador y las bases de las ventas ambulantes, que fueron aprobadas el 23 de mayo en el Consejo de Ministro, y publicadas en el Boletín Oficial del Estado, el día 11 de junio de 1980.
Pero, a pesar de su publicación a primeros de junio, hay que esperar hasta finales de agosto para la apertura del mercado. A partir de este momento, la competencia que había ejercido Torrelavega sobre el comercio de Los Corrales irá desapareciendo. No se puede olvidar, que la distancia ha Torrelavega siguen siendo 12 kilómetros, pero la carretera ha mejorado, los medios de transporte de viajeros son más rápidos, más cómodos y seguros, y el precio no era un impedimento para la clase media. Todo esto va en contra del mercado de Torrelavega, mercado semanal que allí se celebraba los jueves.
Pero Los Corrales va a tener otros puntos a favor. Los impuestos locales, que pagan los comerciantes de Los Corrales, son menores que los que pagan en Torrelavega, lo que se traduce en precios más baratos y recibirá la llegada de los vecinos de los restantes pueblos del ayuntamiento de Los Corrales de Buelna, así como de los municipios de San Felices de Buelna y Cieza, y de los ayuntamientos del Valle de Iguña. Es decir, más compradores, precios competitivos y, por tanto, éxito seguro.
Lo cierto es que el mercado se ubica en la Plaza de San Miguel, pero muchos comerciantes, consideran que ese no era el mejor lugar para situarlo. Consideran que la zona más apropiada, era la zona de La Pela, también conocida como el campo de Silos, en la zona donde durante muchos años estuvo el Ambulatorio. Pero, poco a poco, el mercado se fue extendiendo hasta esa zona. De hecho, el mercado ocupaba la Calle Almirante Pero Niño, llegando a la plaza de San Miguel, lugar donde estaba el núcleo del mercado y seguía por dicha calle, hasta llegar a la zona del ambulatorio, confluyendo con la calle San Jorge.
La ubicación no era del gusto de todos, pero también hubo un cierto malestar entre los dueños de los puestos, pues consideraban que la tasa a pagar por ellos, era más elevada que la que pagaban en otros mercados de la provincia. Era otra de las cosas que habría que resolver.
Parece que los problemas se fueron solucionaron o se olvidaron de ellos, pues según lo publicado por Villamuera, vecino del pueblo y corresponsal del diario Alerta, la inauguración del mercado fue un éxito. Hubo muchos puestos de venta, con gran variedad de productos como frutas, juguetes, flores y plantas, telas, etc. La afluencia de compradores fue importante, máxime teniendo en cuenta que muchos no habían tenido conocimiento de dicha apertura.
Semana tras semana el mercado fue creciendo y adquiriendo mayor prestigio, lo que atrae a más vendedores, con más variedad de productos a la venta, como zapatos, hortalizas, charcutería. Todo ello sin grandes variaciones en los precios de los productos, esto unido a la facilidad de desplazamientos de vendedores y compradores de los ayuntamientos limítrofes, hace pensar que en poco tiempo el mercado semanal de Los Corrales será uno de los mejores de la provincia.
Todo parece ir bien, pero no tenemos ninguna referencia al mercado semanal durante todo el año 1981. Hemos de esperar, hasta bien entrado el año de 1982, para encontrar nuevas crónicas relacionadas con el mercado. Ambas diferentes y de distinto calado.
Por un lado, el 25 de mayo, el corresponsal G. Quijano, escribe una crónica en la que transmite el deseo de los comerciantes del Ayuntamiento, del traslado del mismo a otra zona del pueblo. La Asociación de Comerciantes e industriales han tenido una reunión, en la que se habla de que el mercado produce problemas en la zona. Por un lado, hay un caos circulatorio en el pueblo, dado que se corta la carretera durante varias horas en una zona transitada, y por otro lado, ejercen una competencia nada favorable para los comercios allí establecidos. Ambos hechos, se transmitirán al Ayuntamiento, para que tome las medidas pertinentes para su solución.
El 30 de junio, nos encontramos con otra crónica del corresponsal J.J. Crespo. El encabezamiento de la crónica nos indica, que su visión es diferente y más cercana a la opinión de la Corporación, sobre el mantenimiento del mercado. “El mercado ambulante no desaparecerá” No solo lo dice, sino que da los argumentos necesarios para recalcar la importancia del mercado. Es cierto que desde los inicios de apertura del mercadillo en 1980, existieron opiniones en contra del mismo, pero se tomó una decisión y había que ser consecuente. Por otro lado, se había acordado que la ubicación en La Aldea, era buena y nada había cambiado. Es cierto, que el comercio local piensa una cosa y la Corporación tiene otra, como también es, que la llegada de la empresa Authi, ha supuesto un incremento de la capacidad adquisitiva de los habitantes del municipio y los desplazamientos a Torrelavega no disminuyen. Todo esto es cierto, pero también que los compradores, deben de tener la posibilidad de ir a comprar donde quieran.
Por otro lado, todo parece indicar que la viabilidad del mercado de los miércoles está asegurada, dada la presencia de compradores de los pueblos y ayuntamientos de la zona; los productos que existen en el mercado son de todo tipo, legumbres, frutas, telas, zapatos, etc. Se puede decir, que los productos del mercado no tienen la misma calidad, pero tienen buenos precios, que los comercios, pero tienen buenos precios. Es posible, pero también el comprador tiene la libertad de decidir donde compra y la calidad que quiere comprar, “ya que el ama de casa tiene perfecto derecho a dirigir sus pasos allá donde le apetezca”.
El cronista J.J. Crespo, no va contra el comerciante del pueblo, es consciente de que el comercio local está sufriendo una crisis, pero la solución no es quitar el mercadillo semanal, sino tratar de buscar soluciones para atraer a los compradores locales. Pero son los comerciantes los que deben poner medios.
Esto debieron ponerlo práctica, pues estando yo destinado en Laredo, era habitual que compañeros de trabajo me pidiesen la dirección de un comercio de aquí del pueblo, pues querían venir comprar en él. Este comercio era el de Valentín. Tampoco podemos olvidarnos de la tienda de Vasa, o la tienda de Cos, la de Puertas, Rubiales u otras más, que no sólo se mantuvieron, sino que crecieron y que en determinado momento desaparecieron, no por la competencia del mercado semanal, sino porque decidieron dar fin a su etapa como comerciantes.
Pero volviendo a nuestro mercado semanal, ahora nos encontramos con otro período más largo sin información en la prensa. Hay que esperar al año 1985, concretamente hasta el 25 de septiembre para encontrar una crónica, en la que se expresa la posibilidad de que el mercado semanal sea ilegal. Tal afirmación, se sustenta en la publicación en el BOE del día 28 de junio de dicho año, la Ley que regulaba los mercados ambulantes. Esta Ley, en su Capítulo II, Artículo 6, se dice lo siguiente: “… Los puestos de venta ambulantes, no podrán situarse en accesos a edificios de uso público, establecimientos comerciales e industriales ni delante de escaparates y exposiciones, ni en lugares que dificulten tales accesos y la circulación peatonal.” Esta nueva Ley no sólo afecta a los mercados ambulantes que se creen a partir de ese momento, sino que también afecta a los que llevaban años funcionando. Luego también afectaba al mercado de Los Corrales.
Todos los que conocimos el mercado, que los miércoles se situaba en La Aldea, recordamos la dificultad de atravesar por las aceras, ocupadas por los puestos. Muchos de los comercios de la zona, eran conscientes de que no se cumplían las normas, pero nadie hacia nada para a aplicar la Ley. Algunos comercios de la zona consideraban que el mercado les favorecía, pues gracias a su existencia, muchos que venían al mercado entraban a comprar en su comercio. Otro de los comerciantes, indicaba que a él no le molestaba el mercado, pero también que muchos de los comerciantes no habían querido participar en la Asociación que se había creado. Otros incluso afirmaban que su comercio tenía negocio, gracias a la existencia del mercado semanal, de hecho era el día que más vendían. El gran problema para los comercios, era que cuando los puestos desaparecían, tenían que limpiar todo los que se había dejado a las puertas de sus negocios. Igualmente había un taller de coches, que los días de mercado, no podía trabajar pues, los coches no podían entrar ni salir de taller. Ese día, hasta las 3 o 4 de la tarde, era un día perdido. Y eso que el Ayuntamiento había fijado una multa de 1000 pesetas, para todos aquellos que impidieran el paso al taller. Cuenta el dueño del taller, que muchas veces fue a expresar sus quejas al ayuntamiento y nadie le hizo caso. El, nunca vio poner una multa a los puestos que cerraban el paso a su taller.
Muchos de los comercios de la zona, lo que hicieron fue sacar sus productos fuera de la tienda, ocupando la acera para hacer frente a los puestos del mercado. Aunque la mayoría de los comerciantes, son partidarios del traslado del mercado semanal a otras zonas más amplias, donde no se produzca la aglomeración de compradores y vendedores, evitando así la competencia y molestias a los comercios de la zona. Si esto no fuese posible, y el mercado sigue en el mismo lugar, sería necesaria una mejor regulación de los puestos de venta.
¿Se llevó a cabo este traslado? Evidentemente no, estaría en la plaza durante más años. Pero la mejor regulación, tampoco parece que se lleva a cabo, pues el mercado siguió provocando sentimientos opuestos entre los vecinos. Pero parece que se está consolidando, no la desaparición del mercado, sino más bien su traslado y también una mayor regulación del mercadillo. Llevará tiempo, pero poco a poco se conseguirá lo que todos, de una forma u otra, demandan.
Si nos remitimos al mes de agosto de 1986, encontramos una crónica de G. Quijano, en la que nos indica que, en la Plaza de San Miguel, donde se están realizando obras, no se podrá hacer el mercado hasta que no se acabe con las obras. También hace referencia a los problemas creados por la ocupación de espacios por parte de los puestos, pues no respetaban las normas, lo que hacía que la polémica continuara entre vendedores y comerciantes.
Ante esta situación, la Corporación, aprovechando el arreglo de la Plaza San Miguel, comienza a plantearse el traslado del mercado semanal a la zona donde se sitúa el Cuartel de la Guardia Civil y, en aquellos momentos, el puesto de la Cruz Roja. Es una zona que no tiene el problema de competencia con otros comercios y está cerca de la estación de Renfe y de la parada de autobuses. Es cierto, que por allí pasa la Carretera Nacional 611, zona de mucho tráfico, pero va por un lateral del mercado y además, al estar al lado del Cuartel de la Guardia Civil, se evitarían los robos tan habituales en el mercado.
Se comienza a evaluar el posible traslado.
Nuevamente nos encontramos con otro período, en el que las referencias al mercado desaparecen en las crónicas periodísticas, Tenemos que esperar hasta el 13 de noviembre de 1991, cuando encontramos, una nueva información. En ella se indica, que a partir de este mes, se procederá a un control riguroso, por parte de la Policía Local, para que se cumpla por los vendedores, lo establecido por el Ayuntamiento. Estos deben pasar por el Ayuntamiento a presentar una serie de documentos, sin los cuales, no pueden ejercer la venta en el mercado semanal. Si esas gestiones no se realizan antes de final de noviembre, el vendedor no podrá ejerce la venta y perderá su derecho al puesto.
Todas estas gestiones, se llevarán a cabo en las oficinas de la Policía Local, presentando la licencia fiscal actualizada, el DNI y el carnet expedido por el Ayuntamiento. En el caso de no tener el carnet del Ayuntamiento presentarán dos fotos tamaño carnet, para su confección.
Igualmente, se comunica a los vendedores, que no pueden estacionar sus vehículos dentro del mercado. Si no fuera así, la Policía Municipal procedería a multar por incumplimiento de las normas.
En estos momentos hay unos 140 puestos de venta fijos, que deben de pagar las tasas establecidas para tal actividad y que asciende a 75 pesetas por metro cuadrado, en concepto de Ocupación del Suelo Público.
La crónica nos habla de que la mayor parte de los puestos son de venta de comestibles, unos 45, además los típicos puestos de los mercados semanales como ropa, telas, zapatos, flores, bisutería, ferretería y artesanía.
Como vemos, parece que la Corporación municipal está tomando cartas en el asunto, estableciendo una regulación más concreta y con la Policía Local que, bajo la dirección del Cabo Ricardo Fernández, pasará a ejercer un mayor control en el cumplimiento de las normas establecidas por el Ayuntamiento.
No debemos olvidar que desde que se inició el mercado en La Aldea, todo lo relacionado con la ubicación de los puestos, el control del espacio utilizado, etc., estaba bajo el control de Eduardo Martínez, que siempre estuvo al servicio del Ayuntamiento hasta su jubilación. Los encargados del cobro de las tasas, y de velar por el cumplimiento las normas establecidas por el Ayuntamiento, era la Policía Local, bajo el mando del Cabo Ricardo.
Pero a partir de inicios del año 2000, concretamente en el mes de febrero, ya no se va a hablar directamente del mercado semanal, que se lleva a cabo en la plaza de La Aldea. Ahora vamos encontrar crónicas, en las que se habla del cambio de la ubicación del mercado. El motivo del cambio, está en el próximo inicio de las obras del soterramiento del paso a nivel de la estación de Renfe. Así, en el periódico Pueblo, se informa que tal construcción afectara directamente al mercado semanal. La calle en la que se situaba el mercado, va a ser la zona de tránsito de la circulación de transportes pesados, en dirección de ida y vuelta, a las fábricas de Trefilerías Quijano, Fundimotor-Mecobusa, así como a todas las industrias que se encuentran en la recta de La Agüera. Pero no solo afecta a los transportes de mercancías, por allí circula la línea de viajeros que van desde Torrelavega hasta Selaya. Lo mismo sucedía con los transportes escolares que llevaban a los alumnos del Ayuntamiento de San Felices a los Colegio de La Salle o al IES. Orbe Cano.
La Corporación municipal, encarga a la Policía Local, la valoración de los sitios presentados para la ubicación del mercado, haciendo mayor hincapié en la propuesta presentada por la Federación Cántabra de Comerciantes Ambulantes. Estos consideraban, que la ubicación más acertada sería la de la Urbanización La Condesa. Concretamente desde la calle Cataluña por la calle Peñas Arriba hasta el Colegio José María Pereda y las calles Andalucía, Asturias y Avenida España.
La Asociación de Comerciantes y Empresarios del Valle de Buelna, no tiene clara esta ubicación. Las razones son varias. El traslado del mercado semanal causará un gran perjuicio, a los comercios de La Aldea, pero dicho traslado va a beneficiar a los comercios del centro del pueblo; y también la supresión del paso a nivel de la Estación es un hecho. En definitiva, el cambio es necesario, pero no creen que sea el lugar más adecuado, por cuanto no hay aparcamientos suficientes y además se van a encontrar dificultades para el transporte escolar, que lleva a los alumnos al colegio José María Pereda.
El traslado del mercado a su nueva ubicación. Parece ser que se producirá a finales de enero o principios de febrero. De hecho, ya se está trabajando en la zona de la Urbanización La Condesa, concretamente en la zona de 800 metros lineales del colegio de José María Pereda. Las previsiones para este mercado son de unos 122 puestos. También se informará a los vecinos y comerciantes de la zona, que la calle permanecerá cerrada de las 8 de la mañana a las 4 de la tarde. Con lo cual, no se puede aparcar en la zona y, deben tener en cuenta que, en esas horas, no podrán abastecer a sus comercios. Deberán hacerlo el día anterior o dejarlo para la tarde.
En todo caso este acuerdo, comenzará a llevarse a cabo a primeros de 2003, lo que permitirá realizar un estudio más completo de la ubicación del mercado semanal en la zona de La Condesa, así como la señalización de los puestos. También se deja constancia, que ésta es una ubicación provisional, y se mantendrá hasta la terminación de la supresión del paso a nivel de la estación. Posteriormente, habrá que volver a tratar de la ubicación, pues la zona de La Condesa, no genera las dificultades que tiene la Plaza San Miguel, pero sí algunos problemas para las personas de viven en la zona de Lobado, o en Collado.
El 18 de enero de 2004, encontramos una crónica en la que se manifiesta, que la Corporación ha tomado la decisión de que el traslado del mercado se llevaría a cabo a mediados del mes de febrero, ya en su nueva ubicación. Será un mercado de unos 1000 metros de distancia, que pasaría de los 92 puestos que existen en La Aldea, a los 160 que se instalaran en la nueva ubicación. Otra novedad será la existencia de una caseta que servirá de lugar de guardia de la Policía Local y, al mismo tiempo, como lugar donde se almacenaran los útiles de señalización del mercado. Una parte de dicha caseta, se utilizará como probador de las prendas por parte de los compradores.
Se ha resuelto el problema del acceso de los coches y camionetas que se desplazan hacia Nogalejas, el barrio de Lobado y el pueblo de Collado, dirigiendo ese tráfico por el barrio de La Cuesta y por debajo del puente de la autovía A-67, teniendo en cuenta los conductores, que el galibo es de tres metros.
También, se ha previsto informar a todos los vecinos, del inicio del mercado en la zona. Se colocarán bandos municipales y planos del mercado en los portales, y además, se avisara a través de los medios de comunicación.
Pero, además, los dueños de los puestos deben de cumplir una serie de requisitos, pues se va tratar de llevar un mayor control de los vendedores. Así, se debe presentar el certificado de alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas y en la Tesorería de la Seguridad Social, fotocopia del DNI, dos fotografías del tamaño del DNI y, además la documentación de manipulador de alimentos, para todos aquellos que vendan productos alimenticios; igualmente, tendrán que presentar el certificado del Ayuntamiento donde tengan la explotación agropecuaria y vendan productos de su huerta. Si hubiera alguna persona contratada en el puesto, se tendrá que aportar documentación complementaria, dependiendo de la relación familiar o laboral que exista entre ellos.
Como viene siendo habitual, los plazos del traslado del mercadillo no se cumplen. De hecho, se habla que a mediados de febrero se produciría tal cambio, pero nada más lejos de la realidad.
Hay que esperar al 15 de julio del mismo año, para encontrarnos con una nueva crónica de Nacho Cavia, en la que comunica que hay “acuerdo para trasladar el mercadillo de los miércoles a la calle Peñas Arriba”. Es decir, se llega a un acuerdo, pero el traslado todavía no se ha producido. Dicho acuerdo llega tras una reunión, en la que están presentes el Director General de Carreteras, el Alcalde en funciones de Los Corrales de Buelna y el Alcalde de Cieza, además del responsable de Seguridad del Municipio de Los Corrales de Buelna, así como el Sargento-jefe de la Policía Local del municipio. El acuerdo consistía en que el mercado se trasladaría, mientras se estuviera trabajando en la supresión del paso nivel de la Estación, hacia la calle Peñas Arriba. Este cambio, hasta que se termine la obra antes indicada, se producirá el primer miércoles de agosto.
Se soluciona el acceso a Collado, con el desvío del tráfico a través del barrio de la Cuesta, además de alquitranar la carretera, y acabar con alguna de las curvas más pronunciadas para facilitar el tráfico.
El 26 de julio se vuelve anunciar en la prensa, que el traslado del mercado será el día 18 de agosto, el mercado se celebrará en la calle Peñas Arriba, y nuevamente dejando claro que dicho traslado será provisional; cuando se acaben las obras de la Estación, será el momento de buscar una nueva ubicación.
Nuevamente el día 12 de agosto, se habla del mercado. Concretamente se comunica a los lectores que ayer, miércoles, 11 de agosto, se ha llevado a cabo el último mercadillo en el barrio de La Aldea. Ha sido mucho el tiempo en el que el mercadillo estuvo en La Aldea, 24 años. Un mercado que salió de la nada, que tenía que competir con el mercado de Torrelavega y que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en uno de los mercados más importantes de la provincia. Quizás, el lugar de ubicación no era el más apropiado, pero posiblemente, si no fuese por la obra de la supresión del paso a nivel de la Estación, el mercado no hubiese cambiado de lugar.
También es cierto que hubo detractores y partidarios de su ubicación en La Aldea. Ahora que el mercado se traslada a otra zona del pueblo, también existen partidarios de ese traslado, pues supone unas calles más amplias, con menos “incordio” para el tráfico y un incentivo para los comercios de la zona. No olvidemos la influencia tan positiva para los bares de la zona. Igualmente, muchos de los vecinos del barrio de La Aldea consideran que el traslado del mercado, supondrá el punto y final de su desarrollo económico. La Aldea será ahora una zona tranquila; ya no tendrá aquella aglomeración de puesto de venta, de compradores, de personas que miran y charlan. Pero también es cierto que La Aldea se ha quedado sin comercios, unos por falta de clientes, otros por jubilación de los dueños.
Podemos dar por finalizada la estancia del mercado semanal en el barrio de La Aldea, pero no podemos olvidarnos que, en el mercado de los miércoles, se llevaron a cabo otras actividades no comerciales, en él circulan grandes cantidades de dinero, lo que va a convertir a dicho mercado en un lugar de atracción para personas especializadas en el hurto a pequeña escala. Aprovechando la aglomeración de gentes y el descuido de los mismos, centrados en mirar y tocar los productos. El robo se convierte en algo habitual, y por tanto el incremento de denuncias ante la Policía Local y la Guardia Civil. Como decimos, eran robos de pequeñas cantidades, pero en una ocasión la cantidad sustraída fue de 20.000 ptas. Los consejos dados por los agentes de ambos Cuerpos de Seguridad, era tener controlada la cartera, siempre en la mano, no en ningún otro lugar.
Los porcentajes de los robos y hurtos que se producen en el pueblo, durante los años 97 y 98, muestran claramente que son los miércoles, en el mercado semanal, cuando se llevan a cabo la mayor cantidad de los hurtos.
El mercado semanal no sólo cumplió un importante papel en el desarrollo del comercio local, sino que en ocasiones, sirvió de medio para transmitir informaciones en busca de apoyo para cuestiones que afectaban, de una u otra manera, a los vecinos del pueblo. Así en diciembre de 1996, tenemos noticias sobre la utilización del mercado como lugar para recoger firmas, promovida por la Plataforma Pro-Instituto, compuesta por la mayoría de las asociaciones de madres y padres de los alumnos del valle y otros grupos sociales y políticos. El objetivo es, informar de la necesidad de un nuevo centro de Secundaria, la recogida de firmas será la muestra de apoyo a dicha demanda. Esta ya se había llevado a cabo en el cine Lido y que los alumnos ya lo habían realizado en el entorno familiar.
En diciembre del año 1997, hubo dos miércoles seguidos, en los que nuevamente se recogieron firmas, pero en esta ocasión por cuestiones sanitarias. Esta recogida estuvo promovida por el partido político Comité Local de la Unión Centrista-CDS. Su finalidad, era conseguir el establecimiento de un Servicio de Urgencias Pediátricas en el Hospital de Sierrallana, que funcionara desde las 5 de la tarde a las 8 de la mañana del día siguiente. Al parecer la recogida de firmas tuvo una buena acogida, pues unas 1200 personas firmaron.
En febrero del año 2000, hubo una actividad claramente política en el mercado semanal. Miembros del Comité local, el Grupo Municipal y las JJSS del PSOE de Los Corrales de Buelna, se desplazaron al mercado para entregar el programa electoral de dicho partido político y animando a los vecinos para conseguir su voto.
Como vemos, el mercado en estos momentos no sólo servía para venta y compra de productos, sino que fue utilizado como lugar de demandas culturales, sanitarias y políticas.


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