Cuando hablamos de fotógrafos, automáticamente nos viene a la memoria los distintos fotógrafos que durante muchos años plasmaron en fotos, lo que sucedía en nuestro pueblo o sus alrededores. No había acontecimiento que no estuviese en el objetivo de sus cámaras, siempre dispuestas a dejar constancia del mismo. ¿Quién no se acuerda de el Maño y su mujer “Tensi”, de Anivarro o de Puertas? No debemos olvidarnos que hubo fotógrafo de nombre Pascual, que desempeñaba su oficio en el Edificio Correos y que en ocasiones realizaba exposiciones de sus trabajos en la Casa de Cultura. Creo que estuvo poco tiempo, ya que se desplazó del pueblo. Y por supuesto no podemos olvidarnos de Castro, el residente en Rivero, pero que no dudaba en desplazarse por el valle a realizar encargos. Repasando las Actas municipales del Ayuntamiento de Los Corrales, nos encontramos en dos ocasiones en el año de 1938 referencias al fotógrafo José Castro, con motivo del pago de unas fotos realizadas a los edificios derruidos durante la guerra. Se nos presentan dos preguntas: ¿Era este fotógrafo el que todos conocimos de niños? ¿No había ningún otro fotógrafo en el Valle o en nuestro Municipio? ¿O simplemente se encargaban las fotos a él por ser cercano a los que gobernaban en el pueblo? Las dudas quedan ahí.
Ahora, muchos ya nos han abandonado, cosas de la vida, otro se mantienen pero ya han dejado apartadas sus máquinas, los años se notan. Pero algunos han visto cómo sus hijas han recogido los bártulos abandonados y seguido la trayectoria de sus progenitores. Es el caso de Marta, hija de Anivarro, y es también caso de Conchi la hija de Puertas. E incluso se ha incorporado una nueva fotógrafa al pueblo, Vanesa. En nuestra infancia y juventud la fotografía en el pueblo estaba, en su momento, en manos de hombres, salvo “Tensi”. Ahora todas son mujeres. Las cosas cambian.
¿Nos podemos imaginar el Archivo Fotográfico que podía haber en este pueblo o ayuntamiento gracias a las fotos que pueden tener estos fotógrafos en sus archivos? Impresionante, pero esto posiblemente sea solo un sueño.
Pero bueno, como nos sucede con frecuencia, nos desviamos de nuestro objetivo que es el conocer lo que hubo en la Avda. José María Quijano. Así que centrémonos.
El comercio Puertas, está centrado fundamentalmente en la fotografía. Situado en la lado del de Rubiales, en el local que había dejado libre Pilar con su traslado al otro lado de la calle.
Pero ¿quién es Puertas? Todos le conocemos, todos en algún momento hemos estado delante de sus cámaras, pero Puertas tiene una historia interesante. En principio es una persona cuyo nombre completo es Felipe Puertas Cantera, que nace en el pueblo de Baltanás, en la provincia de Palencia. La verdad es que no vive mucho tiempo en el pueblo, pues siendo muy niño, sus padres toman la decisión de trasladarse a Bilbao, para conseguir salir de las pocas expectativas que había en el interior del país, después de la guerra.
Ya en Bilbao, comienza a interesarse por la fotografía, con la suerte de ganar un concurso fotográfico, cuyo premio consistía en un viaje a Holanda para llevar a cabo un curso de Fotografía. Allí se relaciona con el mundo de la fotografía, conoce otros espacios culturales, y sobretodo conoce a tres chicos jóvenes, como él, que son originarios del pueblo de Cieza. Siempre le decían que por qué, cuando regresará a España, no se asentaba en el pueblo de Los Corrales, que había posibilidades.
La idea le gustó y cuando regresa, se afinca en la Santander capital, donde ejerció su oficio de fotógrafo, asociado con otras personas o al servicio de un comercio fotográfico. Las cosas no iban bien, no se sentía satisfecho del trabajo y decide cambiar de aires. Se traslada a Sarón donde va a seguir el mismo camino que en la capital: trabajo asociado, al servicio de un fotógrafo.
Las cosas cambian cuando Felipe Puertas toma la decisión de trasladarse a Los Corrales, donde le habían aconsejado sus conocidos de Cieza. Aquí las cosas cambiaron de manera extraordinaria. No fue fácil, pero lo consiguió.
Felipe, se incorporó al pueblo de Los Corrales por el año 1964. En un primer momento residió en el bar de Gandiaga, que parece que también era fonda. Al mismo tiempo, comienza a desempeñar su oficio, y va alquilar un local en la zona de El Camino, en la calle…. Era un local pequeño, pero suficiente para abrir un negocio que con el tiempo va a ir creciendo. Por otro lado, considera, con buen criterio, que en los inicios hay “que abrocharse el cinturón”, de ahí que una vez alquilado el local, va a aprovechar la parte de arriba como lugar de vivienda, ahorrándose el gasto de la fonda.
Tenemos local, vivienda y ganas de trabajar. Pero hay un problema, Felipe está solo, por tanto no puede estar en todos los frentes: fotos de estudio, fotos de acontecimientos familiares o institucionales, atender a los clientes y revelar las fotos. No puede hacer frente a todo solo, así que busca personas que estén en la misma necesidad. Ya hemos hablado de Gónzalez, el relojero. Se pusieron de acuerdo, ambos utilizaban el mismo local uno para las fotografías otro para arreglar los relojes. Se ayudan ambos entre sí.
Con el tiempo Felipe fue progresando, cada vez había más trabajo. Era un habitual de las fiestas de los pueblos, de las actividades deportivas, de los acontecimientos familiares, de las comuniones, de los bautizos, de las bodas. El negocio se consolida y decide dar un paso adelante: se compra un piso en la Colonia Santa Margarita.
Los años pasan, el negocio va creciendo y a va tomar dos decisiones importantes en su vida. Por un lado, la decisión más importante, la de casarse con Teodora de la Cruz, residente en Espinosa del Cerrato, pueblo de Palencia. El acontecimiento se produjo en el 1980, y a partir de ese momento Puertas tuvo un fuerte apoyo en su mujer. Y por otro lado había que buscar un lugar más amplio y más céntrico.
Ya con el apoyo de su mujer decide dar un paso adelante y acceder al alquiler del comercio donde había estado la zapatería Sol, al lado del comercio de Marisa Rubiales. El traslado no está muy claro, pero si nos basamos en los programas de las fiestas de San Juan, podemos establecer el año. Así por ejemplo hasta el año 1983 no hemos observado en los anuncios que aparecen en los programas de fiesta, ninguna referencia a Fotos Puertas. Pero en los años 1984 y 1985 aparece ya el anuncio de Puertas, con la indicación de próxima apertura. Podemos entender que durante dos años estuvo la idea del traslado, pero por cuestiones que se nos escapan no se hizo anteriormente. En todo caso, en 1986 ya están en el nuevo establecimiento, no se pone la calle, pero creemos que se refiere al establecimiento de la Estación. A partir ese momento, aparece continuamente en los programas de fiestas, hasta que pasados unos años nos encontremos nuevamente con la referencia a nuevo cambio de situación.
Pero no solo se ha producido el casamiento, y cambio de lugar del establecimiento, sino que también produce en avance en la actividad comercial. Hasta ahora era corriente que los anuncios que hacía Puertas eran básicamente: fotos de estudio y bodas, revelados de fotos en color en 6 horas y obsequió de un carrete al recoger sus fotos. Pero las cosas van cambiando. Así vemos que, en 1989, Puertas incorpora ya el reportaje de video de las distintas celebraciones que anteriormente se limitaban a las fotos. La tecnología avanza y Puertas no pierde comba.
Pero no solo el establecimiento se limita a estar al día en cuestiones de fotografías, sino que amplía su mercado en otras direcciones. Mientras él se dedica a la fotografía y los desplazamientos a los distinto puntos de donde le llamaban, su esposa, Teodora, se dedicaba a atender a los clientes, no solo en la entrega y recibo de carretes a revelar o hacer fotos del carnet, sino también en los distintos servicios que ofrecía el comercio. No podemos olvidar, todavía se puede observar en los letreros que existen en el antiguo establecimiento en la Estación, que allí había productos de perfumería, regalos, etc. Y es curioso, pero al ver el cartel me llama la atención la venta de discos. En aquella época, la música la escuchábamos a través de la radio o de los tocadiscos y, con el tiempo, los “casetes”. Lo habitual era trasladarse a Torrelavega a comprar los discos. Puertas hizo frente a esa ausencia e inicia la venta de tales productos. Hablando con su hija Conchi, ésta me comentaba que hacía poco había encontrado en la tienda un disco de The Beatles, y la alegría que se había obtenido de tal descubrimiento. Algunas veces cuando se pasea por la zona y nos acercamos al escaparate, se puede observar algunos juguetes allí abandonados. Posiblemente, bien limpios, podrían dar alegría a algún niño o algún coleccionista.
Las cosas van bien, la demanda no faltan y el espíritu emprendedor de la familia tampoco ha bajado. Hasta ahora han estado trabajando en establecimientos de alquiler, lo que suponía un gasto que podía ser eliminado y, por otro lado, si querían hacer innovaciones en el comercio no lo veían muy rentable. Así que con la experiencia y capacidad de iniciar nuevos proyectos, se plantean nuevos frentes. Por un lado, habían adquirido una nueva propiedad que iba a ser su nueva residencia. Era la antigua casa de “Minuto”, donde había estado la primera Caja de Ahorro. Ahora va ser su casa después de repararla totalmente. Igualmente, el pueblo está creciendo en la zona de la plaza de la Constitución, donde está creciendo el número de pisos y de habitantes y por tanto de posibles demandantes de sus productos. Así que Felipe y Teodora se lanzaron hacia adelante y comienzan a planificar la salida de la zona de la Estación para trasladarse a lo que con el tiempo seria la Avenida Cantabria.
Las cosas comienzan a moverse, la decisión está tomada. Así en los programas de fiestas se va anunciando que se van de la zona. En el programa de Fiestas de San Juan de 1994 se vuelve a informar de los servicios de Fotos Puertas y al mismo tiempo se indica que próximamente se trasladarán. En el año de 1995 sucede exactamente igual. En cambio en el año de 1996 se ubica definitivamente el negocio en la zona donde actualmente se encuentra.
Es evidente que los años pasan, que Puertas y su esposa, Teodora ya no tienen la iniciativa de otros años, pero seguro que están doblemente contentos por lo que ellos han conseguido, y sobre todo porque su hija Conchi está al frente de lo que ellos pusieron en marcha saliendo de la nada.
Es posible que Puertas, en sus ratos de descanso cuando vea todo lo que ha conseguido, y eche la vista atrás, se acuerde de lo que le dijeron aquellos vecinos de Cieza, con los que convivio en los Países Bajos y le indicaron que Los Corrales era un buen lugar para vivir.
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