LA PARADA DE AUTOBUSES

Los tres comercios que estuvieron en esto edificio tenían una ventaja sobre el resto de los que estaban en la zona. Y esta ventaja era que aquí, al lado de los mismos estaba la parada de autobuses, que iban en dirección a San Felices. En cambio, cuando bajaban de San Felices la parada se situaba pasando las vías de ferrocarril, en frente a donde hoy está la estatua de José María Quijano.

Esta “línea” venía desde Torrelavega. Salía de un garaje situada en las cercanías del restaurante La Gloria. ¿Quién no se acuerda de aquel garaje lleno de humo en el que había que entrar para acceder al autobús? Ahora hablamos de contaminación, aquello era como entrar en una chimenea. De Torrelavega circulaba a través de la antigua carretera nacional, pasando por la zona estrecha de Riocorvo y Las Caldas; después de atravesar los pueblos de San Mateo y Barros, tenía tres paradas en Los Corrales, una el Churrero, otra en la Plaza y la última en la zona Rubiales, Zapatería Sol y Puertas. Posteriormente se dirigía, pasando el municipio de San Felices, hasta llegar a Selaya. Antes paraba en San Martín, La Canal y el Cruce.

Durante muchos años utilicé esta línea para ir a pasar temporadas en casa de mi abuela en Vega de Villafufre, donde el verano nos reuníamos gran parte de la familia. Era tiempo de vacas, prados, hierba, pajar, truchas, anguilas, cangrejos, avellanas, castañas… la felicidad.

Son recuerdos de la infancia y juventud. Pero lo que sí es importante para lo que estamos tratando, es que al estar la parada en esta zona, los viajeros que esperaban tenían fácil acceso a los artículos que les ofrecían los comercios allí establecidos. El último paquete de tabaco, el décimo de lotería, la última pasada por Puertas, antes de la llegada del autobús, la mirada a los últimos los discos, la posibilidad de comprar un carrete o hacerse una foto para el carnet. En fin muchas posibilidades, de hecho todos fueron creciendo y se beneficiaron de su situación.

¿Cuál era esta “línea” de autobuses? El nombre con el que con el conocíamos a esta “línea” era La Carredana o La Canal, bien porque pasaba por Villacarriedo, bien por qué pasaba por La Canal. Pero este era el nombre popular, porque su nombre oficial de la empresa era la de Cantabra-Castellana, propiedad de Alfonso Torio. Con el tiempo esta empresa pasó a manos de Juan, pasando a denominarse Autobuses Juan, que además de continuar con este trayecto, abre otros caminos de explotación. Con el tiempo, las cosas cambiaran. La “línea” pasaría de largo, sin contactar con su parada habitual.