Una petición de disculpas de Pedro Sánchez a las fuerzas de seguridad, por haberse referido a ellas como "piolines", es inexcusable. Hubo tiempos en que algunos, de jóvenes, nos referíamos a la policía con expresiones como "la pasma", pero después uno crece y eso se pasa. Menos aún se debe producir en boca del presidente. No es sólo asumir el marco mental del separatismo, es que es preocupante comprobar con qué facilidad le ha salido un vocablo despectivo para referirse a la policía, lo que hace temer lo peor acerca de los sentimientos que acostumbra a albergar hacia ella. Piolines, encima del ridículo que tuvieron que pasar por alojarse en aquel barco. Lo de Sánchez es algo más que un desliz, como cuando dijo, con la misma desenvoltura, que la Fiscalía depende del Gobierno: increíble. Imaginemos eso en Francia o en Portugal. Hacia sus socios de gobierno, lo más fuerte que se le ha oído es cuando dijo que con Podemos no dormiría tranquilo, y eso fue previo a la investidura, ¿nunca ha tenido motivos para ninguna expresión más dura? Y la justificación de Marlaska, desviando la atención hacia el PP, es bien torpe, ¿qué tendrá que ver el PP?, la expresión de Sánchez afecta no sólo a las fuerzas de seguridad y a la oposición, es un insulto y un peligro para toda la nación.
Adolfo Palacios, para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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