PLAZA DE GALÁN Y GARCÍA HERNÁNDEZ

Esta es una plaza que posiblemente, muy pocas personas del municipio saben que existió. Es quizás, la única calle que recibió un nombre, fuera del pueblo de Los Corrales. Esta plaza está situada en el pueblo de Somahoz, en lo que actualmente recibe el nombre de Peña Gedio. 

Durante el gobierno de la II República, cuando nuestro ayuntamiento estaba regido por el Alcalde José Fernández Díaz, lleva a cabo la imposición del nombre de esas dos personas a la plaza. De hecho el 5 de mayo de 1934, el concejal Germán González, propone a la Corporación, “dar el nombre de Galán y García Hernández a la plaza mayor de Somahoz”. El acuerdo fue absoluto y se determinó, como era normal, el adquirir una placa con dichos apellidos y situarla en la plaza. 

La referencia a dicha plaza bajo ese nombre son muy pocas, las que encontramos en las Actas. Hay que esperar hasta el Acta del 28 de julio del mismo año, para encontrar una nueva referencia a dicha plaza, en la que el concejal Manuel Herrera solicita que se ponga un brazo de luz en dicha plaza. A partir de esta fecha no hay ninguna referencia a la plaza de Galán y García Hernández, hasta el año de 1937. 

Galán y García Hernández fueron dos militares, de grado de capitán, destinados en el cuartel de Jaca, que el 12 de diciembre de 1930, intentaron dar un golpe de Estado contra la monarquía de Alfonso XIII. La desconexión entre Madrid y los sublevados de Jaca y, algunos imprevistos de última hora, trajeron consigo que la sublevación fue un fracaso. Galán, no habría tenido que iniciar el traslado para controlar Huesca, pues el enviado para darle las nuevas indicaciones, Casares Quiroga llegó muy tarde a Huesca y en vez de trasladarse a informar a Galán, lo deja para el día siguiente. El resultado de la iniciativa de Galán y compañeros, fue un fracaso total, que acabó con la detención de gran parte de los sublevados. Fueron sometidos a un tribunal militar, en el que estaba el general Franco, que en aquellos momentos era Director de la Academia Militar de Zaragoza. 

Fue un juicio rápido, en el que todos los oficiales sublevados fueron condenados a muerte, pero solo Fermín Galán y Ángel García Hernández fueron ejecutados, los demás fueron indultados o amnistiados. Parece ser que juicio no fue justo y no cumplió con todos los requisitos legales, “no les dejaron ni siquiera defensa” a los sublevados. Es posible que sea cierto, pero Galán sabía a lo que se enfrentaba cuando inició el proceso de golpe militar. De hecho, el capitán Galán antes de dirigirse a Huesca había dejado un bando en el que decía: "Como Delegado del Comité Revolucionario Nacional, todo aquél que se oponga por palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la República naciente, será fusilado sin formación de causa." Parece ser que nadie estaba dispuesto a seguir las normas que establecía el Derecho. 

Su valor y su sublevación les convirtieron en un referente a la hora de establecer la República. En muchos pueblos de España, se intentaba recordar a los dos capitanes, a través de plazas y calles a las que se les denominaba con sus nombres. 

Pasados los años, el Gobierno Autonómico de Aragón, en el Decreto 151/2017, de 3 de octubre, establece como Bien de Interés Cultural, las sepulturas de los Capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández del Cementerio de Huesca. Dichas tumbas se han convertido en un referente para los republicanos, que cada 14 de abril acuden a recordarles.