El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

06 diciembre 2021

EL CINE

Como vemos a través de la prensa, la actividad de cine fue frecuente en el Salón de Acción Católica. Varias son las referencias a la proyección de documentales sobre nuestro pueblo, películas de dibujos animados u otras proyecciones. Todo esto, nos indica que había máquinas de proyección, que lógicamente supuso una inversión y que era necesario rentabilizar.
Pero centrémonos en el cine. Lo primero que observamos, viendo el edificio desde el sur, donde estaba la entrada a la finca en aquellos momentos, es que se distinguían tres zonas diferenciadas. Por un lado, nos encontramos con una puerta de acceso al edificio a la que se llegaba a través de tres escalones. A mano derecha, sin subir las escaleras, se encontraba la taquilla donde a través de una pequeña ventanilla procedíamos a sacar las entradas. Más a la derecha, había una puerta de acceso a la cabina, a la que se subía por medio de una estrecha escalera. Allí estaba la cabina, donde se situaba la máquina de proyección y los elementos para llevar a cabo la sesión de cine sin problemas o los medios necesarios para solucionarlos si se presentaba alguno. Hay que decir, que el edificio era propiedad de Acción Católica, pero la máquina de proyectar y el alquiler de las películas corría por cuenta del dueño del Cine Coliseum María Luisa.
Las personas que trabajaron en el cine, fueron varias pero no quedan muchas referencias a ellas, sobre todo, aquellas que trabajaron como taquillero, portero o acomodadores. Posiblemente alguno ellos cumplieron varias funciones. Más clara está la función de operadores. De hecho en un primer momento, se ocuparon de esta actividad Mariano Romero y Miguel Macho, éste como aprendiz, pasando posteriormente a trabajar como operador cualificado en el cine Coliseum. En todo caso, en el año de 1968, el operador del cine de Acción Católica, no pudo seguir ejerciendo su función, con lo que la continuación del servicio del cine entra en fase de desaparecer. Los representantes de Acción Católica, Ángel López y Antonio Herrera, comienzan a buscar una persona con capacidad para cumplir dicha actividad. Ángel, piensa en su hermano Jesús para poder suplir la ausencia del antiguo operador. Jesús, tiene conocimiento, hace tiempo que se ha sacado el título de operador, pero no le atrae el tener que sujetarse a trabajar todos los domingos. Su hermano Ángel insiste, y al final Jesús acepta, pero con la condición de que sólo durante un año hasta que encuentren un nuevo operador. Pero la realidad va a ser otra, Jesús, mi padre, nos cuenta, que poco a poco, se va adentrando en el mundo del cine y las cosas van a cambiar. Es frecuente, que el dueño del cine Coliseum cuando, por circunstancias varias, alguno de sus operadores no puede acudir a proyectar, no duda en llamarle para sustituirlos. Así se va adentrando en el oficio de operador de cine. Es cierto, que él tenía su título de operador, pero ahora va a adquirir una práctica que, poco a poco le va a permitir desempeñar sus conocimientos, en dos de los tres cines importantes del pueblo. Con el tiempo el cine de Acción Católica va perdiendo espectadores y se cierra. Jesús sigue trabajando en el Coliseum y posteriormente es contratado por el propietario del Cine Lido, donde va a terminar sus años de operador.
En la taquilla, en la portería y como acomodador solo había hombres. Mis recuerdos son poco claros, pero creo que eran dos personas, una de las cuales venía de San Mateo, con su boina en la cabeza y su inseparable bicicleta. El otro, creo recordar que vivía en la zona de La Pontanilla. Lo que si tenemos claro, es que la pequeña zona de entrada entre la zona de acceso a la taquilla y la puerta de entrada a la sala, estaba presente la figura de Lorenza, la mayoría de las veces, o de Canor, su marido, que cumplían la función de la venta de las golosinas típicas de la época. Allí había una pequeña mesa y la silla correspondiente, en la que exponían lo que era necesario para pasar una buena tarde de cine: cacahuetes, pipas, chicles Bazooka, tan llamativos con forma redondeada y cubiertos por papel de colores, y que decir de los más novedosos chicles Cheiw, de forma de rectangular, cubierto de plástico rojo con letras doradas. Lorenza cumplió en el cine de Acción Católica, la misma función que Camila, a la entrada del cine Coliseum.
Cumplidos todos los pasos, sacada la entrada, -puede que me equivoque, pero creo recordar que en aquellos momentos las entradas costaban dos pesetas y cincuenta céntimos, lo que siempre me trae a la memoria aquella moneda de 2,50 pts.-, compradas las golosinas a Lorenza y picada la entrada por el portero, entrábamos en una sala de cine que tenía un acogedor atractivo. Eran una zona de butacas, distribuidas a lo largo de un pasillo que nos llevaba hasta el escenario donde se situaba la pantalla.
La principal actividad durante mucho tiempo fue la proyección de cine, pero no tenemos conocimiento de ningún título de las que se proyectaron. Lo que si tenemos claro, es que. Uno de los objetivos de Acción Católica era acercar el cine a la gente, pero películas que no pudieran transgredir la moral católica. Si tenemos en cuenta, que durante mucho tiempo la calificación moral de las películas recaía en manos de la Oficina Nacional Permanente de Vigilancia de Espectáculos, dependiente de la Comisión Episcopal de Ortodoxia y Moralidad, y esta oficina dividía las películas en 5 niveles diferentes, desde el nivel 1, que eran películas para Todos, incluso niños, hasta el nivel 4, películas Gravemente peligrosas. Según este criterio y los objetivos de Acción Católica, las películas que se proyectaban en el cine eran del nivel 1, y en el mejor de los casos, se podrían proyectar películas del nivel 2, para jóvenes.


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