Hasta ahora hemos visto que los cines que existieron en el pueblo de Los Corrales, todos ellos estaban en manos de personas privadas, cuyo objetivo era sacar rendimiento a su inversión, pero no podemos olvidar que también crearon puestos de trabajos, los cuales fueron a parar a personas del pueblo. Tampoco podemos olvidar el papel que jugaron en la difusión del Séptimo Arte, así como actividades culturales de todo tipo. Con el tiempo por unas razones o por otras, los cines se cerraron, quedando el pueblo sin esos centros de difusión cultural.
Pero en nuestro pueblo existieron otros centros de difusión del cine y otras actividades culturales. Nos referimos al cine de Acción Católica y el cine de La Salle, al que llamábamos coloquialmente “el cine de Los Frailes”. Ambos tenían unas características que les diferenciaban de los cines a los que nos hemos referido anteriormente. En principio, hay que señalar que ambos eran cines cuya finalidad no era obtener dinero, aunque las entradas no eran gratis, sino que su objetivo fundamental era dar distracción a los jóvenes del pueblo, con películas que estuviesen dentro de las del ámbito de “Para todos los públicos”. El dinero obtenido de la venta de entradas estaba destinado, por un lado, al pago del alquiler de las películas, y de los que trabajaban en el cine y lo que sobrara se destinaba a actividades sociales. Por otro lado, estos cines no funcionaban toda la semana, si no que su apertura se limitaba a los domingos y días de fiesta y a una sola función. Igualmente, como hemos visto en los cines a los que nos hemos referido, no solo se centraron en la proyección de películas, sino que también participaron en la difusión del teatro, de la música u otras actividades culturales. Ambos cines son propiedad de dos instituciones culturales ligadas al mundo de la religión, que como hemos dicho están dispuestos a difundir la cultura, pero dentro de las normas de sus ideas religiosas. También, podemos decir que en aquellos momentos, muchos de los niños o jóvenes de la época, no teníamos muchas ideas políticas o religiosas, sólo nos preocupaba poder ir al cine, pasar un buen rato y que la “paga semanal” nos permitiera ir al cine y comprar unas “chuches”.
Pero no sólo existían estos dos cines. También durante un tiempo, hubo otro cine funcionando en el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna. Hasta ahora hemos visto cines ubicados en el pueblo de Los Corrales, pero hubo otro en el pueblo de Coo. Un cine en manos privadas, cuya finalidad era proyectar películas para los vecinos de Coo. No podemos olvidar que, en aquellos tiempos, el desplazamiento de los vecinos de Coo a Los Corrales era bastante complicado. Toda la semana desplazándose a Los Corrales al trabajo o a la escuela de La Salle, con lo que los sábados y domingos lo que apetecía era estar en el pueblo. Así que la inversión en la apertura de un local de cine podía ser rentable.
Vayamos a adentrarnos en lo que supusieron estos cines para los vecinos.
Pero en nuestro pueblo existieron otros centros de difusión del cine y otras actividades culturales. Nos referimos al cine de Acción Católica y el cine de La Salle, al que llamábamos coloquialmente “el cine de Los Frailes”. Ambos tenían unas características que les diferenciaban de los cines a los que nos hemos referido anteriormente. En principio, hay que señalar que ambos eran cines cuya finalidad no era obtener dinero, aunque las entradas no eran gratis, sino que su objetivo fundamental era dar distracción a los jóvenes del pueblo, con películas que estuviesen dentro de las del ámbito de “Para todos los públicos”. El dinero obtenido de la venta de entradas estaba destinado, por un lado, al pago del alquiler de las películas, y de los que trabajaban en el cine y lo que sobrara se destinaba a actividades sociales. Por otro lado, estos cines no funcionaban toda la semana, si no que su apertura se limitaba a los domingos y días de fiesta y a una sola función. Igualmente, como hemos visto en los cines a los que nos hemos referido, no solo se centraron en la proyección de películas, sino que también participaron en la difusión del teatro, de la música u otras actividades culturales. Ambos cines son propiedad de dos instituciones culturales ligadas al mundo de la religión, que como hemos dicho están dispuestos a difundir la cultura, pero dentro de las normas de sus ideas religiosas. También, podemos decir que en aquellos momentos, muchos de los niños o jóvenes de la época, no teníamos muchas ideas políticas o religiosas, sólo nos preocupaba poder ir al cine, pasar un buen rato y que la “paga semanal” nos permitiera ir al cine y comprar unas “chuches”.
Pero no sólo existían estos dos cines. También durante un tiempo, hubo otro cine funcionando en el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna. Hasta ahora hemos visto cines ubicados en el pueblo de Los Corrales, pero hubo otro en el pueblo de Coo. Un cine en manos privadas, cuya finalidad era proyectar películas para los vecinos de Coo. No podemos olvidar que, en aquellos tiempos, el desplazamiento de los vecinos de Coo a Los Corrales era bastante complicado. Toda la semana desplazándose a Los Corrales al trabajo o a la escuela de La Salle, con lo que los sábados y domingos lo que apetecía era estar en el pueblo. Así que la inversión en la apertura de un local de cine podía ser rentable.
Vayamos a adentrarnos en lo que supusieron estos cines para los vecinos.
EL CINE DE ACCIÓN CATÓLICA (Pulsa sobre la imagen)
EL CINE DE LA SALLE (Pulsa sobre la imagen)
EL CINE EN EL PUEBLO DE COO (Pulsa sobre la imagen)
Para mí todo esto me ha servido para conocer a grandes rasgos los cines que existieron en nuestro Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna. Espero que haya permitido recordar tiempos pasados de nuestra infancia y juventud, y el disfrute que nos aportaba el Cine.
José Francisco López Mora
1 comentario:
Nuevamente me admiro de la activa vida cultural que tuvieron, al menos no pocos, de los vecinos de nuestro pueblo, y supongo que muchos otros asistiendo como público. No sé si será equiparable a lo actual. Yo conocí algunos rescoldos de ello (nací en 1960) y, aun algunas cosas que tuvieron lugar durante mi infancia, permanecí ajeno a ellas o ni siquiera las conocí. Llevo años teniendo claro que me gustaría haber conocido el pueblo durante los años 50.
Algunas personas dicen que la manera de ser de los corraliegos no es muy de desear. No tengo opinión al respecto, porque yo hace muchos años que salí del pueblo y porque cuando era crío no me enteraba de gran cosa; es posible, por otro lado, que el ambiente haya cambiado mucho en estas seis décadas, y también que algunos tipos de gente se hayan ido, y que otros tipos de gente se hayan incorporado. En todo caso, sí parece que, si el Corrales actual hace honor a su pasado, ha de ser un pueblo dinámico y comprometido. Sorpresa me ha causado, como dice también nuestro investigador, que Miguel Cabrero (y Senach) se hubieran dedicado, en su juventud, a menesteres tan artísticos; se ve que evolucionaron en su compromiso.
La "casa de las monjas", con esta crónica me entero de que es de 1946 -yo creí que era anterior-. El teatro anejo se ve que tuvo, entonces, una trayectoria de actividad de veinte años, pues yo lo conocí ya destartalado en los 70; decía la canción que "veinte años no es nada", así pienso: un teatro como ése -que tenía un piano y una concha de apuntador, recuerdo- merecía un rendimiento de más largo recorrido. Pero "sic transit gloria mundi", y "Dios me lo dio, Dios me lo quitó". En la casa de las monjas, no se me aparta de la cabeza que hubo allí, en la primera planta según sube la escalerita, una guardería, a la que me llevó mi madre en alguna ocasión (no creo que lo haya soñado). Estuvo tal vez en la misma estancia en que, diez años después, iba yo a practicar música, en un piano marca "Chassaigne Frères". Y en la estancia simétrica, capilla que era, tenían también un bonito armonio, al que se me iban las manos pero que nunca llegué a ver funcionar; me pregunto qué habrá pasado con ellos. Ojalá pueda ver más por dentro alguna vez esa casa, así como los cuartitos de arriba, donde por lo visto estaban las oficinas de Acción Católica... El aspecto que presenta actualmente toda la finca, asfaltada hasta los bordes como está, será más práctico para los cometidos actuales pero a ver si algún día los niños que por ahí bullen puedan tener a la vista, en forma de hologramas, el verde y los ajardinamientos que tan bonito hacían, si es que mantienen el gusto necesario para apreciarlo. Esa zona, en realidad desde "la plaza" hasta la vía del tren, ha sufrido drásticos cambios en las recientes décadas, y todos ellos han resultado en menos hierba y menos arbolado y "arbustado": estatua de San Juan, cruz de los caídos, árboles del terreno de la parroquia... Qué verde era mi valle.
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