Se acaba de editar un libro, Dejando Huella, con las vivencias de algunas personas que trabajan en Renfe, o en Adif, y entre ellas nos encontramos al corraliego Agustín Ruiz Pérez, residente en Madrid, que tras pasar por Circulación, Cercanías, Patrimonio, Recursos Humanos, jefe de Ingeniería de Calidad y jefe comercial, desempeña en la actualidad las funciones de jefe del área de Desarrollo Directivo.
Corraliego de nacimiento, casado con una corraliega, Marga Cabrero, y padre de otro corraliego, Jorge, es además físico por exclusión, ferroviario por casualidad e itinerante porque el movimiento es cambio, el cambio es transformación y la transformación no es una opción.
Con él me unen lazos de familiaridad lejanos, pero la extraordinaria vecindad que tuvimos ambas familias en nuestro querido Barrio de los Millonarios, hizo que se agrandasen y que ambos guardemos unos grandes recuerdos de aquella etapa.
A continuación te ofrezco la exclusiva de este libro, en el apartado referente a Agustín, para que tengas conocimiento de sus avatares personales y profesionales.
- YO IBA PARA PROFESOR DE INSTITUTO
- LOS TRENES, POR SU VÍA; Y EL DINERO, A PAGADURÍA
- ESO NO LE PASA AL CURA DEL PUEBLO
- EN LA CALLE HACE MUCHO FRÍO
- ASCENSO IMPLICA TRASLADO
- ANTES, COMO ANTES; Y AHORA, COMO AHORA
- EL VIAJE
- EL TIOVIVO
- SIN PUNTOS NI COMAS
Siempre un orgullo tener paisanucos notables por el Mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para el y familia.
Los que hemos tenido la suerte de convivir con Agustín desde la más pequeña infancia no nos extrañamos de los objetivos, que poco a poco, ha ido consiguiendo en su vida profesional. Además de pasarlo bien jugando, cazando pájaros, cogiendo grillos, Agustín era un profundo lector, además de estudiar en La Salle hacia, no sé si se llamaba, bachillerato en Torrelavega.
ResponderEliminarVino la Universidad, la mili, todos nos fuimos trasladando de nuestro pueblo, pero mantuvimos nuestra amistad. Siempre disfrutamos de los ascensos que iba alcanzando Agustín con su esfuerzo, primero con el apoyo de sus padres, después con su mujer, nuestra amiga Marga.
El período de trabajo ya va llegando a su fin, los años no pasan en balde, pero estoy convencido que dejarás una señal muy grata en el trabajo.
En todo caso los amigos tendremos la suerte de poder disfrutar de ti con más frecuencia, no solo unos días en agosto, ya estamos cerca, en Navidades, Semana Santa, y algún fin de semana.
Disfrutaremos todos juntos y el jardín… te espera. Un abrazo.