Debió de ser hace tiempo, porque hoy no se ven doscientas personas en la iglesia. Tengo yo otro: está el cura subido en el púlpito, vociferando amenazante a los fieles con las llamas del infierno y tal por lo pecadores que son, y entre la feligresía hay uno que, entre todos los que están temblando, está él tranquilo, y sonriente. Y le dice otro que está al lado: "Oiga, ¿no tiene usted miedo de lo que dice el cura?". Y él dice: "Es que yo pasaba por aquí, yo no soy de esta parroquia".
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Debió de ser hace tiempo, porque hoy no se ven doscientas personas en la iglesia.
Tengo yo otro: está el cura subido en el púlpito, vociferando amenazante a los fieles con las llamas del infierno y tal por lo pecadores que son, y entre la feligresía hay uno que, entre todos los que están temblando, está él tranquilo, y sonriente. Y le dice otro que está al lado: "Oiga, ¿no tiene usted miedo de lo que dice el cura?". Y él dice: "Es que yo pasaba por aquí, yo no soy de esta parroquia".
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