En un país donde apenas hay conciencia de la importancia de la educación, ni de las bases de su funcionamiento, es normal que se haya impuesto la jornada continua en los colegios. El cambio a esta jornada, se dijo en su día que se evaluaría, pero poco hemos visto. La idea de que así a los niños les da tiempo de hacer otras cosas en su vida, olvida que lo prioritario es asegurar el aprendizaje escolar, siendo lo demás, secundario; y lo escolar dista de estar asegurado: muchos niños tienen mal aprendizaje. El que le sobre capacidad y dinero, que haga otras cosas si quiere. Y si no, en vacaciones hay tiempo. El estudio reciente de ESADE propone incentivar al profesorado para estar una hora más en los centros; eso va en la buena dirección, pero no sé si han tenido en cuenta (algunos docentes lo ignoran, y sindicalistas) que ya se están pagando dos horas y media semanales no obligatoriamente presenciales (orden EDU/65/2010 de 12 de agosto). En cuanto al argumento de que "también los docentes tenemos derecho a conciliar", a mí me daría vergüenza esgrimirlo.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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