Cuesta creer que lo que vemos no sea un muñeco, pero no lo es... y esto que parece una irresponsabilidad de un padre, es una práctica de yoga de hace miles de años.
El fundador de este "método" fue Igor Borisovich Charkovsky y según sus seguidores los "movimientos de yoga" están diseñados para mejorar las habilidades de los bebés y el desarrollo muscular (aunque nos dé la impresión de que simplemente se trata de un objeto de gimnasio para quien lo zarandea).
Mientras tanto los detractores se preguntan: ¿Se os ocurriría hacer algo parecido con vuestros niños? Pues bien, según los expertos, hemorragias, luxaciones y hasta lesiones cerebrales son algunas de las posibles consecuencias de los movimientos acelerados y bruscos de este "yoga extremo" que zarandea al bebé, que lo voltea por el aire, que lo sacude y que lo pone en riesgo de caída y traumatismo. Por mucho que lo quieran disfrazar de "yoga".
Fuente: Bebés y más
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