Aunque a primera vista no lo veamos, la cocina es uno de los principales focos de bacterias de nuestro hogar. Bacterias como la E.coli, la Salmonela o la Listeria o Campylobacter proceden de los sistemas intestinales de los animales con que solemos alimentarnos, como pollos, vacas y cerdos, pero también de verduras crudas, quesos poco curados o lácteos mal tratados. Esto facilita que estas bacterias entren a nuestro cuerpo pasando de un alimento a otro mediante la llamada contaminación cruzada.
Pulsa sobre la imagen para conocer las claves publicadas por la OMS, para evitar en la medida de lo posible la transmisión de enfermedades a través de las bacterias en la cocina.
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