Los años pasan y los olvidos son cada vez más frecuentes. Cuando me hablan de la
Joyería Gabarry, siempre la asocio a la joyería que estaba ubicada en la zona de La Aldea, bajo
la dirección del ya difunto D. José Luis y su esposa “Mimi”.
Pero esa es una parte de la historia. La primera joyería Gabarry estuvo situada en la
Avenida José María Quijano, al lado de la zapatería Quijano.
Es curioso como el nombre de los negocios en la mayoría de las ocasiones están
relacionados con el nombre o el apellido de su propietario, farmacia Pereda, la casa de los
Pilatti, Casa Muñoz, etc. Pero me resultó curioso descubrir que el nombre de Joyería Gabarry
proviene de la unión de las primeras letras de sus dos apellidos Garcia Barrientos. El negocio lo
puso D. Manuel García Barrientos y tenía como ayudante a su hermano D. José Francisco, que
fue adquiriendo los conocimientos del oficio.
Con el paso del tiempo, D. Manuel decidió trasladar el negocio al barrio de La Aldea y
permaneció hasta que decidió trasladarse fuera del pueblo y traspasó el negocio a su
hermano.
El traslado se produce tiempo antes del incendio de las casas de la Avda. José María
Quijano, tal como me informan los familiares, pero algo debían de conservar en tal edificio
pues en el periódico de 5 de Diciembre de 1970, corresponsal Sindo escribe: “A la llegada de
los bomberos se procedió al cortafuegos para evitar que se propagase a las viviendas, en cuyos
bajos se encuentran los comercios de Calzados Quijano (informador de ustedes) y Joyería
Gabarry, los cuales fueron desalojados por hombres del pueblo…”
En todo caso, antes de la Joyería Gabarry, existieron en ese mismo local otros dos
comercios. Uno, el más antiguo, era la tintorería Aguirre. Este era de una persona, que durante
un tiempo fue alcalde del Municipio de San Felices de Buelna, y que residía en el pueblo de
Mata, parece ser que enfrente de la centenaria “Encina de Mata”. Esta persona también debió
de ser propietario de alguna zona de las canteras de Las Caldas. En cualquier caso, tuvo aquí
en la Avenida ese comercio, con una dependiente, Dª Maruja Crespo que ejercía de labor de
atender los pedidos de los clientes.
Posteriormente al cerrarse la tintorería, se abrió un nuevo establecimiento, al parecer
relacionado con la ropa, regentado por Adonias y Milagros. No he sido capaz de obtener más
información.
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