Así titula Daniel Poyo Ruiz, la carta que dirige al director del Diario Montañés, en la que nos hace una reflexión sobre distintos acontecimientos políticos. En ella, nos traslada la frustración que impera en innumerables ciudadanos, que aprecian comportamientos extraños en algunas actuaciones políticas difíciles de justificar.
La carta dice así:
Soy un ciudadano español, ya entrado en la tercera edad, que recibí con esperanza el advenimiento de la democracia. Pues tenía oído que garantizaría por ley los derechos de los ciudadanos, de forma indiscriminada. También creía que todos los aspirantes a representar al pueblo en las instituciones serían personas respetuosas, honestas y con un nivel de formación suficiente para prever y resolver adecuadamente los problemas sociales y políticos, con el único objetivo de mejorar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
Pensaba que el partido en el Gobierno y los de la oposición tratarían de coordinarse para plantear los problemas desde ópticas distintas y resolverlos de forma más eficaz; que la verdad, el respeto a sus adversarios políticos y al pueblo serían columnas fundamentales de sus discursos políticos. En fin, pensaba que con la llegada de la democracia viviríamos en una sociedad integradora. Lamentablemente, la experiencia vivida va incrementando mi desilusión a alta velocidad, pues, nunca me pude imaginar que un gobierno democrático diera al grupo terrorista ETA el trato político que le está dando el gobierno actual, en contra de la opinión de la mayoría absoluta de los ciudadanos. ¿Qué entiende por democracia el gobierno de ZP?. Es un desprecio a la sociedad democrática ver pasear por la calle al terrorista De Juana Chaos. Pero es más preocupante contemplar la posibilidad de que personas más o menos directamente ligadas al terrorismo puedan llegar a ocupar cargos representativos en distintas Instituciones Públicas. Una vez más se evidencia la sabiduría popular recogida en el refranero español: «el peor enemigo está en casa»,
Para ver el original en El Diario Montañés, pulsar aquí.
La carta dice así:
Soy un ciudadano español, ya entrado en la tercera edad, que recibí con esperanza el advenimiento de la democracia. Pues tenía oído que garantizaría por ley los derechos de los ciudadanos, de forma indiscriminada. También creía que todos los aspirantes a representar al pueblo en las instituciones serían personas respetuosas, honestas y con un nivel de formación suficiente para prever y resolver adecuadamente los problemas sociales y políticos, con el único objetivo de mejorar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
Pensaba que el partido en el Gobierno y los de la oposición tratarían de coordinarse para plantear los problemas desde ópticas distintas y resolverlos de forma más eficaz; que la verdad, el respeto a sus adversarios políticos y al pueblo serían columnas fundamentales de sus discursos políticos. En fin, pensaba que con la llegada de la democracia viviríamos en una sociedad integradora. Lamentablemente, la experiencia vivida va incrementando mi desilusión a alta velocidad, pues, nunca me pude imaginar que un gobierno democrático diera al grupo terrorista ETA el trato político que le está dando el gobierno actual, en contra de la opinión de la mayoría absoluta de los ciudadanos. ¿Qué entiende por democracia el gobierno de ZP?. Es un desprecio a la sociedad democrática ver pasear por la calle al terrorista De Juana Chaos. Pero es más preocupante contemplar la posibilidad de que personas más o menos directamente ligadas al terrorismo puedan llegar a ocupar cargos representativos en distintas Instituciones Públicas. Una vez más se evidencia la sabiduría popular recogida en el refranero español: «el peor enemigo está en casa»,
Para ver el original en El Diario Montañés, pulsar aquí.
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