Lamentablemente, el autor de esta carta, está cargado de razones pero los políticos miran hacia otro lado. Todo parece indicar que las únicas leyes que son competencia de la policía son las infracciones de tráfico. Se han convertido en “cobradores de uniforme”, que actúan con premeditación y alevosía, para sancionar al sufrido ciudadano, pero cuando tienen que afrontar otros cometidos de su incumbencia, caen en la mayor de las negligencias del típico funcionario.
La carta dice así:
Ante la manifiesta inoperancia de las autoridades, sólo me queda una solución, clamar al cielo:¿agua! Y el pataleo para conseguir dormir en las madrugadas del fin de semana. Las leyes prohíben beber alcohol en la 'rue' pero, cada fin de semana (de madrugada), bandadas de jóvenes borrachos invaden las calles con botellas en las manos, con vasos de plástico que les dan en los locales de alterne para que puedan pasearse con el alcohol, incordiando a los que quieren dormir. Esas bandadas de chavalería (chicos y chicas) son como animalillos sueltos en las calles montando bronca. Veo como entre ellos corre la droga, lo veo desde mi ventana. Y también veo como, en muchas ocasiones, la policía ha realizado redadas cacheando a los chavales en busca de los porros. También he llamado muchas más veces a la policía y no ha acudido. Los agentes me han dicho que dé parte a Jefatura, para que establezca controles en los lugares donde los vecinos detectan que corre la droga. Ya les he dicho: es por la calle donde los chavales se mueven donde corre la coca. ¿Y los cánticos! Hasta las cinco de la mañana, los chavales castañas gritando esas tontas canciones futboleras, esas payasadas de canciones televisivas, dando gritos sin que los vecinos puedan dormir.
Me cuentan que, cuando España ganó la Eurocopa de fútbol, Cañadío fue una marea humana vociferando y sin dejar a los vecinos dormir hasta las cinco de la mañana. Los hosteleros no pueden hacer nada, cierran a las tres de la madrugada, pero la jauría sigue en la calle gritando, meando en las aceras, cagando entre los coches, rompiendo vasos y botellas. Cada mañana de domingo, una legión de barrenderos limpia la mierda de los borrachos consentidos que han ensuciado todo. Así que sólo me queda pedir que llueva cada viernes y sábado por la noche para que los borrachos no salgan como lobos.¿¿¿Que jarree!!!
JUAN CARLOS FLORES-GISPERT, en El Diario Montañés
La carta dice así:
Ante la manifiesta inoperancia de las autoridades, sólo me queda una solución, clamar al cielo:¿agua! Y el pataleo para conseguir dormir en las madrugadas del fin de semana. Las leyes prohíben beber alcohol en la 'rue' pero, cada fin de semana (de madrugada), bandadas de jóvenes borrachos invaden las calles con botellas en las manos, con vasos de plástico que les dan en los locales de alterne para que puedan pasearse con el alcohol, incordiando a los que quieren dormir. Esas bandadas de chavalería (chicos y chicas) son como animalillos sueltos en las calles montando bronca. Veo como entre ellos corre la droga, lo veo desde mi ventana. Y también veo como, en muchas ocasiones, la policía ha realizado redadas cacheando a los chavales en busca de los porros. También he llamado muchas más veces a la policía y no ha acudido. Los agentes me han dicho que dé parte a Jefatura, para que establezca controles en los lugares donde los vecinos detectan que corre la droga. Ya les he dicho: es por la calle donde los chavales se mueven donde corre la coca. ¿Y los cánticos! Hasta las cinco de la mañana, los chavales castañas gritando esas tontas canciones futboleras, esas payasadas de canciones televisivas, dando gritos sin que los vecinos puedan dormir.
Me cuentan que, cuando España ganó la Eurocopa de fútbol, Cañadío fue una marea humana vociferando y sin dejar a los vecinos dormir hasta las cinco de la mañana. Los hosteleros no pueden hacer nada, cierran a las tres de la madrugada, pero la jauría sigue en la calle gritando, meando en las aceras, cagando entre los coches, rompiendo vasos y botellas. Cada mañana de domingo, una legión de barrenderos limpia la mierda de los borrachos consentidos que han ensuciado todo. Así que sólo me queda pedir que llueva cada viernes y sábado por la noche para que los borrachos no salgan como lobos.¿¿¿Que jarree!!!
JUAN CARLOS FLORES-GISPERT, en El Diario Montañés
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